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Crítica de Maral


Maral
24 August 2020
Termino el libro con la única idea de que me ha gustado, al mismo tiempo que me ha producido sentimientos contradictorios. Por un lado, a veces empatizo con la madre, entiendo su cansancio, y debido al lá perdida de los papeles, pero por otro no dejo de pensar que nada justifica lo que hace esta mujer en determinados momentos de la historia.

Cuanto tiempo estamos dispuestos a seguir anclados a una relación aunque esta nos dañe?
Somos las madres dueñas de la vida de nuestros hijos, al punto de querer borrar de la vida de ellos la presencia de la figura paterna? Y , que importancia tiene esta figura en el desarrollo emocional de los hijos?

Las diferencias entre las madres actuales y la madre de este libro se deben solo a que están enfocadas desde distintas épocas y sitios o existen madres en la actualidad que actúan como esta mujer?

La protagonista se ve abocada a un divorcio que no desea de manos de un marido que no quiere perder el control sobre ella pero que al mismo tiempo la expulsa de su vida sacando unicamente beneficio de ello. Se desentiende de su responsabilidad como padre pero se muestra exigente y se niega a salir de la vida de ella, quizás ni el mismo se esperó que ella reaccionaría como finalmente lo hace. Se hace cargo de una niña que en muchos momentos la supera y alquila un apartamento que le aporta toda esa luz que ella necesita y que forma parte de su existencia. Aquí le suceden una serie de eventos que son los que dan forma a la novela, y que generan emociones encontradas en el lector, sus relaciones con los hombres, con las profesoras de su hija, sus despertares, sus relaciones con su hija, sus salidas nocturnas el alcohol...narradas de una forma visceral, cruda y real, no te dejan impasible cuando lo lees y necesitas masticar durante dias lo que acabas de digerir....

Spoiler

En ese momento me pregunté si, en el fondo, no deseaba la muerte de mi hija. Si no fuera así, no vería su cadáver en mis sueños. Su cuerpo me pesaba. Se me durmieron los brazos y se me nubló la vista. Seguí corriendo, aferrándome a ese peso

A veces leer verdades como estas impactan, realmente no creo que sea la muerte lo que desea ninguna madre sobre sus hijos pero ese cansancio de llevar toda la carga emocional y fisica sobre ella la desborda.

Resulta difícil saber quién es más culpable, si el que invita o el que es invitado, aunque sé que no existe una gran distancia entre los dos. Pero Kauchi se había burlado de mí, había sentido lástima por mí, y eso no podía dejarlo pasar



Esta fue otra de esas frases que me llevó a la reflexión. Quien de los dos fue más responsable y la actuación posterior de ella con él...daría para debatir algo en lo que habría poco consenso .



Que sean tus padres no quiere decir que te vayan a proteger. Te han estado haciendo daño desde que eras pequeño, y precisamente por esas heridas que te infligieron tienen que continuar haciéndote daño. Los padres son solo padres, no son nadie especial. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo. Que no te engañen con el pretexto de que son tus padres.



Esta desde luego es la frase estrella del libro para mi. Da igual que la leas en el contexto de la historia que fuera de ella, tiene sentido por si sola. La autora la introduce ahí de forma estratégica pero a mi me ha dejado pensando si no sería un mensaje subliminal de esa parte autobiográfica de la autora.

Mi hija cogió mi pezón entre sus dedos, pero enseguida retiró la mano y se empezó a reír. Sentí unas cosquillas inesperadas y de inmediato me tapé el pecho con los brazos.[ …..]Me aparté de mi hija de un salto. Más que dolor, sentí grima. Era la misma grima que sentí cuando mi hija recién nacida succionó mi pezón por primera vez. Era una grima de la que emergía un placer sutil

En un momento en que la lactancia materna es casi el acto más sublime de la vida de una mujer, la autora aquí vuelve a aportar esa realidad que desmitifica ese acto y lo convierte en algo mucho más terrenal y natural.

Entonces me di cuenta de que desde el principio había estado temiendo, deseando en realidad, que Fujino no se presentara en aquel lugar. Me convencí, antes que las dos personas que tenía delante, de que no iba a aparecer, y de pronto sentí que mi cuerpo se reblandecía, relajándose en la silla.



En ningún momento quiere separarse de su marido al mismo tiempo que se aleja de él . Ese alejamiento y esa prohibición de las visitas de la niña, lo vi como un modo de castigo a ese rechazo de él, en el que el tampoco desistía del control sobre ella.



Fui una niña que nació para sustituir la existencia de su padre

Otra de las frases autobiográficas de la autora.

Totalmente recomendable
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