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Leí este libro hace como 15 años por primera vez y me encantó, le hubiese puesto 5 estrellas sin pestañear. Sin embargo, por una serie de circunstancias, decidí hacer la relectura este mes de mayo y la percepción del mismo ha sido completamente diferente. ¿Qué ha cambiado? "A sangre fría" está considerado como el precursor de la novela de no-ficción, aunque deberíamos matizar que unos años antes, concretamente en 1957 por el periodista argentino Rodolfo Walsh, ya se habían recorrido los primeros pasos de ese nuevo género que saldría a la luz definitivamente unos años más tarde. Capote nos narra el asesinato de la familia Clutter en el pueblo de Holcomb, Kansas, por parte de dos convictos en libertad condicional, Dick y Perry en 1959. Fue un crimen que conmocionó a la sociedad en aquel momento por la brutalidad hacia una familia que tenía un comportamiento modélico en su comunidad: religiosos, generosos, siempre dispuestos a ayudar y sin ninguna enemistad aparente. Y está muy bien escrito todo, los hechos y las situaciones se exponen de manera ágil, cuando lo lees tienes curiosidad de continuar, de intentar entender la mente de esos dos infelices y sus motivaciones. Pero se queda corto en algunos matices. Es un libro que en su momento marcó un giro en la manera de contar las cosas, utilizando a un narrador omnisciente en tercera persona, mezclando novela con reportaje periodístico. Aquí está su gran virtud, y su gran talón de Aquiles. Como dato curioso, esta novela fue, posiblemente, el punto de partida de la ruptura de la amistad entre Harper Lee y Capote. Dos vidas paralelas marcadas por una rivalidad de egos. Si alguien se pregunta si debería leerla, la respuesta es sí. A nivel técnico y encuadrándola en el marco histórico y de los acontecimientos de aquellos días, es un documento y testimonio muy interesante que también tendrá influencia en géneros como la novela negra. |
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