El cine según Hitchcock

"Un libro del que no me considero autor, sino tan solo iniciador o, mejor aún, provocador."

Palabras del director Truffaut, tercera pata de esta monumental mesa -si contamos la traductora entre ambos maestros- que permite al lector ser la cuarta y ponernos en el fragor de la tertulia de esta larga conversación como ejes de un libro imprescindible, para aficionados del cine, profesionales o fans de Hitchcock. Puede que sea de los libros que más veces he leído, he "picoteado" bastante gracias a su intuitivo formato, siempre que recuerdo una película del maestro del suspense me gusta consultar el capítulo que se refiere a ella.

Pero más allá de una simple entrevista sobre su cine, es una cátedra de las películas en general, su desarrollo y concepción de una época, sus entresijos a niveles sublimes, rinde homenaje de manera didáctica, a su vez precisa y, sobre todo, amena e interesante. Un material tan valioso y rico sobre sueños y realidades, esquivo de toda tentación académica pesada para reivindicar el placer como espectador. Podemos entrever su psicología, palabras como un fiel retrato de su complicado y oscura psique.

El cine según Hitchcock resulta un placer incontestable para todo amante de Hitchcock y del cine en general. Posiblemente sea el libro más célebre sobre el séptimo arte, donde descubrimos al maestro como lo que fue: un animal del cine con un instinto portentoso y un excelente elaborador de la puesta en escena. de esos libros que pueden permanecer años en la mesita de noche, de consulta periódica. Eso sí, mejor ver su filmografía antes de leerlo.

Siempre lo había visto descrito como una gran lección de cine, y siempre pensé que se trataba de una exageración, pero qué va... Es más, en realidad son muchísimas lecciones de cine: sobre adaptaciones literarias, sobre lenguaje y narrativa, sobre el papel del espectador, sobre el sacrificio de la verosimilitud en beneficio de la emoción, sobre el montaje, sobre la música, la iluminación, la fotografía, el guion... Todo lo que tenga que ver con la concepción, realización y producción de una película.

François Truffaut era muy fan de Hitchcock y gracias a una introducción en la que defiende su trabajo como director a capa y espada logró que me quitara el prejuicio de cineasta pretencioso que me rondaba por la cabeza (más por su revista Cahiers du Cinéma que por sus películas).

A continuación comienza una larga entrevista a Alfred Hitchcock, que en su formato original son 50 horas de grabación, en la que ambos repasan la filmografía del director inglés desde la concepción de sus ideas hasta la valoración de la recepción de la obra por parte del público y de la crítica (con debates muy interesantes sobre esto).

Me ha encantado conocer sus ideas desechadas (a veces Hitchcock parecía más orgulloso de ellas que de la película rodada), sus intenciones detrás de determinadas escenas, anécdotas y complicaciones en los rodajes, su forma de entender el cine en general. Y es que este libro también es un repaso de la historia del cine, del paso del mudo al sonoro, de las limitaciones técnicas que se fueron superando con el tiempo, de la influencia del star system en los guiones y producciones, de los premios (y ausencias de), de la llegada del color y los cambios de iluminación que supuso, del forzoso trabajo en equipo... Y ha sido una maravilla poder compaginar su lectura con algunas de sus películas y documentales sobre sus rodajes.

“El cine según Hitchcock” es en mi opinión un ejemplar de obligada lectura para todo amante del cine porque permite conocer muy a fondo al maestro del suspense a través de las preguntas de otro gran director: François Truffaut, estandarte del cine francés y colaborador en la revista “Cahiers du Cinéma”


El libro recoge las viviencias profesionales de Hitchcock desde su inicios como ilustrador de los rótulos que se insertaban en las películas mudas y pasa por explicar todas las ideas, recursos, anécdotas, problemas y exigencias que rodearon a cada una de sus películas rodadas hasta la fecha (1966). Durante más de 50 horas de conversaciones mantenidas incluso mientras comían, el director inglés hizo partícipe a su homólogo francés del motivo del resultado de sus films (mostrándose insatisfecho de muchos de ellos) desvelando la clave de la intencionalidad de muchos de sus planos y diálogos y mostrando la frustración sentida cuando las exigencias comerciales o la censura truncaban algunas de sus ideas.

Si algo queda claro leyendo estas líneas impregnadas de la esencia de Hitchcock, es que el director hacía un cine puramente visual, en el que el diálogo pasa a un segundo plano, siendo poco relevante a veces e incluso en ocasiones siendo anulado por la carga visual que las miradas o expresiones corporales de los protagonistas concedían a la escena y sirviéndose del uso de los planos para subrayar ciertas intencionalidades. La pasión, los celos y el tormento psicológico (algunos de los temas eternos del director) son expuestos al espectador de manera indiscutible con una mirada o un juego de planos simplemente. El motivo de este estilo no es otro que hacer al público parte de la obra a través de su experiencia como espectador, integrándolo como un elemento más, fundamental en el desarrollo de la historia.
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Claro reflejo de como funcionaba el cine clásico y como muchos de los avances de este maestro siguen vigentes hoy en día.
Lectura obligatoria para todx cinéfilx.