Ojo por ojo

Ojo por Ojo de Anthony Trollope, Alianza editorial y estupenda traducción de Miguel Ángel Pérez Pérez 
 
Este libro lo tiene todo. Las notas de la contraportada lo simplifican a un argumento muy habitual: Heredero rico, noble y guapetón conoce a chica maravillosa pero sin fortuna ni linaje, la familia se vuelve loquita y empieza el machaque. Pero Ojo por ojo  no se acerca ni de lejos a algo plano y meramente novelesco, absolutamente lo contrario.
Vamos por partes, como diría el afamado Jack:

1. Él es inglés y ella irlandesa. Las perspectivas ante el conflicto están bien dibujadas.  A través del cura católico se transmite tanto el dolor, como la rebeldía y la resistencia de un pueblo entero. Los fundamentalismos religiosos de cada cual se muestran en los personajes de forma que Trollope no necesita decir para expresar.
 
2.Trollope abre un debate en el centro del libro absolutamente contemporáneo- si es que no somos  tan fashion y novedosos- acerca de la diferencia de juicio para el mismo acto según el sexo. Cosa que, por ejemplo, no vemos en los femeninos libros de Jane Austen, que si bien perdona a la mujer no vapulea la desigualdad en temas de “honor” (hablo de sexo, fugas, virginidades, embarazos etc…).Trollope lleva la disquisición al mejor sitio posible, a la mente de la condesa madre, el personaje del que menos podría esperarse y que se desespera en su dialogo interior sabiendo que semejante discriminación no es justa, y aun así la secunda. 

3.Los hijos. El sacrificio y la dicotomía entre darles libertad o salvarlos de su propia vida. Una pesadilla cerebral para la madre. Una Sra. O'Hara en la que Trollope crea la leona de las leonas. Amor y fiereza.

4.Si el mundo no es justo para una mujer  Trollope le deja hacer justicia a otra. Venganza, justicia, llamémosle X. En resumen, que no hay arrepentimiento, ni miradas al pasado, ni fíjate tú. Si la haces la pagas y dejémonos de medianías. Limpiemos el mundo de malos bichos. Es un libro sin moraleja, es un libro con condena.
 
Habría muchas más cosas, pero por último, y más reseñable, decir que la maravilla de este libro está en que se construye no tanto sobre la historia narrada sino sobre la descomposición de Fred Neville, el joven que surge brillante y que en pelea constante entre los valores aprendidos, acompañado de una moral desvaída, de falta de constancia, con un honor en vaivén, flotando en  autocompasión, evadiéndose y  manipulando la realidad acaba deteriorándose hasta percibirse como un personaje pobre, cobarde, enjaulado y miserable. Ha sido como ver a Dorian Gray pero sin retrato. El hombre que se deshace hasta merecer su final.