| #Retovictorianspirits de la cuenta @victorianspiritsblog, premisa “Un libro publicado por entregas”.
Se ha hecho de rogar, pero por fin puedo decir que me he estrenado con una novela de Anthony Trollope. Se me quedó esa espinita clavada el pasado año 2021, cuando por A o por B no encontré el momento de coger la novela que nos ocupa. Mis ganas de Trollope se paliaron relativamente con dos relatos de este autor que leí en una recopilación de cuentos navideños. Así que en cuanto decidí hacer el reto victoriano de la cuenta @victorianspiritsblog, este libro fue el primero al que le busque acomodo dentro de sus premisas junto a otro de Hardy que espero leer el mes que viene como parte del reto.
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¿Quién es la misteriosa mujer que conocemos en el prólogo de la obra? al principio, lo único que sabemos de ella es que vive ricamente instalada en un manicomio, bien cuidada, pero sola y sin amigos o familiares, mientras no deja de repetir la terrible frase “Ojo por ojo y diente por diente. ¿No es esa la ley?”. Para conocer su historia debemos retrotaernos varios años en el pasado.
Tras perder a sus herederos naturales, el anciano y rico conde de Scoope se ve en la obligación de reconocer como sucesor a su desconocido sobrino, el oficial de caballería Fred Neville. Tras un primer encuentro, el joven recibe el beneplácito de su familia excepto por un pequeño motivo: su petición de tener un año de “libertad” con su regimiento, que está acuartelado en Irlanda, antes de poder hacerse cargo de sus nuevas responsabilidades. Una vez que se le concede tal petición, Fred se instalará cerca de los conocidos y hermosos acantilados del Moher, donde conocerá a la encantadora Kate O'Hara, quien vive sola con su madre, una mujer de carácter fuerte y orgulloso, superviviente de un pasado terrible, pues ha sido abandonada por su alcholico esposo . Fred no tardará en establecer una relación amorosa con la joven e inocente Kate, que terminará por convertirse en el mayor cortapisas para conseguir la felicidad y tranquilidad que su nueva posición social parecen asegurarle, pues la relación cuenta con la total oposición de su familia, produciendo en él mismo una serie de dudas y cambios de parecer que marcaran los tempos de la novela .
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Estaba convencidisima de que Trollope iba a pasar el examen con sobresaliente. Y vaya si lo ha hecho. de momento, sin ninguna duda, de los mejores libros que leído en lo que llevo de año. Me ha encantado este autor por su prosa, inteligente, descriptiva y vivaz, todo en uno. Trollope debería haber dado clases a más de un autor sobre como escribir novelas. Esta obra es bastante cortita, pero se lee muy bien y con gran placer, no solo por lo bien escrita que está, también por lo excelentemente que fluye la trama, de una forma segura, nitida y delicada. Trollope no da puntada sin hilo, le da a cada elemento el peso que merece, de forma que crea algo muy solido de una forma muy amena, sin que resulte demasiado ligero o vanal. Hay descripciones, pero nunca se hacen densas ni pesadas, logran lo que el autor se propone: mostrar al lector lugares y personas sin agobiarle en demasía. Por otro lado, los monólogos internos y las descripciones psicológicas están muy conseguidas, llenas de colorido y demuestran a la perfección como se va desarrollando el mundo interior de los personajes y como estos (especialmente el protagonista, Fred) van evolucionando a lo largo de la historia, como todo lo que pasa va transformándoles. Y todo sin perder de vista su gran individualidad como caracteres.
En la sinopsis del tomo (que sintetiza mucho las complejidades de la novela, como hablare más adelante) se compara a Trollope con mi queridisima Jane Austen, y no me parece que sea una comparativa que se haga al azar. al principio, la prosa de este autor me recordó mucho a la manera de escribir de Austen, en el sentido de que todo narrado aparece de una forma muy ligera, y a la vez muy concisa y llena de inteligencia, de tal forma que de una manera muy sensata y concisa se desmenuzaba a la sociedad de la época con un ojo crítico muy interesante. Y al mismo tiempo, el tono ha sido una de las cosas que más me ha sorprendido de la lectura. En el sentido de que me ha dejado impactada lo alegre e inocente, o incluso liviano, con el que todo comenzó. Para que, progresivamente, a medida que iba avanzando la historia, todo fuera tomando un tamiz oscuro y la atmósfera se llenara de una enorme tensión en su última cuarta parte, de esa que se puede cortar con un cuchillo. Lo que parecía que iba a ser una encantadora historia de amor con un marco de fuerte crítica social, acaba por transformarse en un auténtico drama que tiene algo de catártico, por como deja al final al lector con el corazón en un puño y con un sentimiento de angustia increíble, tal que no se puede casi ni describir. Y también tiene el buen hacer narrativo de algunos de sus contemporáneos más famosos, como Dickens o Collins.
La novela gira en torno a la oposición de una familia noble y de rancio abolengo a que su heredero se despose con una joven que representa todo aquello que les horroriza, y cuyas circunstancias pueden avergonzarles si entra formar parte de sus vidas como nueva condesa de Scoope: Kate es irlandesa, católica, pobre y su familia produce, en el mejor de los casos, suspicacia. En el ojo del huracán que es el centro emocional de esta novela, Trollope contrapone los prejuicios sociales, religiosos e , incluso, nacionales. Porque no olvidemos que la isla de Irlanda estuvo dominada durante siglos por las tropas británicas. Esto generó una serie de conflictos y prejuicios entre ambos bandos, que aún en día perduran, y que son esenciales para la trama y los personajes de esta historia por la importancia que tienen. Trollope trabajo durante años en Irlanda y no era ajeno ni insensible a los al conflicto y a todo el malestar y sufrimiento que generó la estancia inglesa entre los irlandeses. de ahí que el tema se haya tratado con una consideración pocas veces vista y aceptada por los propios británicos, y menos los de la época en que se publico esta novela, tan llenos de prejuicios y de seguridad en si mismos. Y es que era un autor visionario, muy avanzado para su época.
Esto lo demuestra no solo en este aspecto, también en cómo trata el tema de la mujer, como en una misma circustancia hay diferencias abismales entre una pobre chica irlandesa y entre un noble inglés, cuando ambos son igual de culpables en este caso. Trollope demuestra ser un muy avanzado para su época no solo en sus ideales, sino también en cómo maneja el tema. Su forma de empatizar con los personajes y de condenar estas diferencias ha sido uno de los asuntos que más ha calado para mí en esta lectura, y con los que más he empatizado. Y no solo por su ya mentada modernidad. También, como acabo de decir, por la manera en que el tema es tratado, en cómo cada personaje lo ve, actúa y piensa sobre el mismo. El tema es espinoso y tiene muchas vertientes, las cuales el autor maneja con total eficacia, sin guardarse nada y haciendo una fuerte crítica hacia la situación de la mujer, crítica dura, contunaz y seria. Y necesaria para la época en la que fue escrito el libro.
Y en medio de todos estos conflictos entre sexos y clases nos encontramos con un protagonista que no es tanto un héroe como villano. Fred Neville destaca entre todo el tapiz de personajes que tienen su peso dentro de la trama. Están caracterizados con una sencillez increíble, pero a la par brillante, por lo que el lector puede entrar en la psique de cada uno con la misma facilidad con la que bebe un vaso de agua. Fred , Como decíamos, es el personaje que más destaca en cuanto a que es el protagonista de la historia y es por medio de él conocemos todo lo que pasa en la misma. “Ojo por Ojo” es la crónica del conflicto interno que sufre este chaval al que la seguridad social y económica le ha caída del cielo, a lo largo de sus poco más de doscientas páginas, en las que entrarán en liza su deber moral con el concepto que tiene de la clase social a la que acaba de entrar y a la cual quiere hacer honor. Y también es la crónica de cómo dicha confrontación acabará por cambiarle. O mejor dicho, por sacar lo que es realmente. Porque al principio de la novela, Fred se nos aparece como un joven encantador y brillante, romántico y con ansias de libertad, un poco alocado, pero a grandes rasgos bastante buena persona. Pero poco a poco, a medida que su relación con Kate vaya avanzando y el asunto se vuelva más serio, veremos como su moralidad es tan volátil como una vela, y va cambiando según las circunstancias y los enfrentamientos contra los que se tope con diferentes personajes. Y a medida que esto pasa, veremos que se trata de un ser miserable, cobarde, falso y poco de fiar. El conflicto entre los prejuicios, el deber que tiene para con Kate, las presiones de su entorno, y el deseo de hacer justicia a su nueva y rica posición social, hacen que el personaje cambie de parecer una y otra vez. Y el resultado de todo es la crónica de su personaje en algo irreconocible y deleznable.
Si tuviera que ponerle algún pequeño “pero” a “Ojo Por Ojo”, sería que estas partes se me hicieron muy pesadas y un tanto aburridas, en el sentido de que eran muy repetitivas y a veces sentía que ralentizaban la lectura. Pero tampoco me parece que sea algo que se deba tener muy en cuenta. al fin de al cabo la novela se vertebra, en definitiva, en lo que Fred hace o deja de hacer, en las decisiones que toma finalmente tras darles muchas vueltas. Unas decisiones que le llevarán a demostrar su verdadera cara y enfrentarse a un destino que toma forma en la figura de la señora O' Hara, una madre que es como una leona, de fuerte carácter y dispuesta hacer cualquier cosa con tal de asegurar el bienestar y la felicidad de su adorada hija. Y todo esto nos lleva a una historia que resulta cruelmente creíble por su falta de moraleja y por todas las enseñanzas que, paradójicamente, se pueden sacar de ella. La vida muchas veces no tiene moraleja, pero es una maestra dura e implacable.
Si hay algo que valore mucho a lo largo de esta lectura, y que creo que es esencial cuando se leen autores extranjeros, es la maravillosa labor de traducción de este tomo, llena de una elegancia y un colorido que hicieron la de lectura toda una delicia. No está lo suficientemente reconocida, pero esta labor es vital a la hora de leer a escritores de otros idiomas y puede marcar la diferencia entre que una lectura sea más agradable e interesante, o no. Gracias al duro trabajo de muchos traductores nos han llegado grandes obras a nuestra lengua que, de otro modo, no hubiéramos podido conocer, Dicha labor es tan importante como la del propio escritor original y el propio trabajo de edición. Si llegue a conocer a Trollope y su “Ojo por Ojo” fue porque seguía en Instagram a su traductor, Miguel Angel Pérez Pérez, del cual he tenido la ocasión de leer otras obras que ha vertido al idioma de Cervantes. Hace unos días, al poco de terminar este libro, me enteré por esa misma red social por la que le conocí a él y a Trollope, que nos ha dejado de forma sorpresiva. Mi más sentido pésame a sus familiares y amigos. Siempre nos quedarán los trabajos de Miguel Angel, y el hecho de que gracias a él muchos de nosotros hemos podido conocer a un autor tan desconocido y a la vez tan fascinante como Anthony Trollope.
Gracias a Miguel Ángel he podido iniciarme con una novela maravillosa, escrita con mucha elegancia y perspicacia y que se lee en un suspiro por lo mucho que engancha y lo amena que resulta. Y, también, a un autor que, de seguro, voy a volver a leer en cuanto pueda. de hecho, es tanta la confianza que tenía en que “Ojo Por Ojo” iba a gustarme que ya había adquirido con anterioridad de esta lectura otras dos novelas de Trollope. Por desgracia, aunque fue un autor prolífico en vida, en nuestro idioma no hay muchas de sus obras traducidas. Es más, es un autor que ha quedado relegado al olvido frente a otros escritores victorianos como Dickens, Wilkie Collins o las hermanas Bronte. Todos ellos tienen más que merecida su fama, pero Trollope no desmerece a ninguno de ellos para nada, sinceramente con esta obra a mi me lo ha dejado claro. Ojalá que tenga la oportunidad de mostrárselo a más lectores españoles al publicarse en nuestro idioma más de sus libros. + Leer más |