Nunca es tarde

En el pueblo de "El valle" en el Pirineo Aragonés durante una fiesta de Halloween , aparece una niña disfrazada preguntando por un viejo abogado que vive en el pueblo y, que recuerda mucho a otra asesinada cuarenta años atrás.
Este es el punto de partida de este estupendo domestic noir que nos presenta Jerónimo Tristante. Se trata de una novela negra sin detectives ni policías donde el misterio de una serie de asesinatos ocurridos mucho tiempo atrás es resuelto por Isabel. La protagonista es una ama de casa cuya vida parece estar naufragando puesto que su papel de madre ya no es tan absorbente ya que sus hijos han abandonado el hogar para ir a estudiar fuera y, está inmersa en un matrimonio fallido con un marido prácticamente ausente.
El personaje de Isabel está muy bien definido, es una mujer terriblemente obstinada , y es precisamente este rasgo de su personalidad el que le lleva a continuar con la investigación hasta el final, a pesar del peligro que esto supone para ella.
A Isabel se le une en la investigación Enar, un escritor nórdico de novela negra que, con un pasado un tanto misterioso, está afincado cerca del pueblo y que parece tener el don de la clarividencia, el cual resulta clave para esclarecer el misterio.
La novela está ambientada en un remoto pueblo del Pirineo Aragonés, un pueblo que esconde un ambiente de opresión, desconfianza, sordidez, murmuraciones y sospechas nunca probadas, que contribuye a aumentar la tensión narrativa de la novela y que para mí es sin duda otro de los aciertos del autor en la construcción de esta novela.
A pesar de ser una novela con dos tramas, una en el pasado y otra en el presente, los hechos son narrados en una sola línea temporal, donde los hechos que sucedieron hace cuarenta años están probablemente repitiéndose en el presente. Esto hace que sea en el pasado donde Isabel centra la investigación sacando a la luz secretos de un pueblo que ha vivido episodios de corrupciones, abuso de menores y abuso de poder que contrasta con la imagen apacible e idílica de un pequeño pueblo del Pirineo.
Una historia que me ha encantado no solo por su trama totalmente adictiva que me enganchó desde las primeras páginas, sino también por tratarse de una lectura muy ágil, con gran cantidad de diálogos y un ritmo rápido donde se mantiene la intriga y el interés hasta el final.