La muerte de Iván Ilich y otros relatos

En este año saliente, una de mis mayores penas a nivel literario es que no he podido leer tantos clásicos rusos como me prometí a inicios de año. Así que para quitarme ese mal sabor de boca he decidido leer esta breve recopilación de varios relatos de uno de los autores más universales de la literatura de este país, León Tolstoi. Hace muchos, muchísimos años que leí “Anna Karenina” (libro que esta en mi lista de pendientes por releer) y una versión abreviada de “Guerra y Paz” (algún día me veré con fuerzas de meterme en faena con este colosal tocho, lo juro) , y la verdad es que echaba en falta volver a él y ya tenia muchas ganas de ello. Y gracias a esta lectura he recordado porque .Es un autor ágil y con una prosa penetrante , y que es una auténtica gozada de leer. Me maravilla lo fácil que parece salir de su pluma las descripciones psicológicas y personales de sus personajes y sus ambientaciones tan conseguidas. No es un autor para nada complejo de leer por cómo escribe. Es en lo que dice y en como lo expresa dónde está el kit de la cuestión, lo que le hace un escritor aún hoy en día muy leído y admirado.

“La Muerte de Ivan Ilch y Otros Relatos” es una antología de cuatro cuentos, los cuales tienen como hilo conductor la muerte, la búsqueda del sentido de la vida y la religión, temas centrales en la producción tolstoniana. Aunque los cuatro cuentos resulta muy interesante, hay que reconocer que la palma se la lleva el relato principal del volumen, “La Muerte de Ivan Ilch”. No sé si será por las ganas que tenía de leerlo, o por lo mucho que he leído hablar de él, pero ha sido con diferencia en que más me ha gustado e impactado. Destaca totalmente sobre los otros tres, que en comparación, aunque no me ha parecido malos para nada.

Breve reseña de cada historia, a continuación:

“La Muerte de Ivan Ilch”: y por fin leí uno de mis eternos pendientes, uno de los cuentos más famosos que ha dado la literatura rusa. Y tengo que decir que me ha dejado sin aliento durante la mayor parte de la lectura. Como su nombre indica “La Muerte de Ivan Ilch” trata sobre la vida y final de su protagonista, un hombre cuya vida “Había sido bastante sencilla y bastante común, y al mismo tiempo extremadamente terrible”.

Me ha parecido increíble lo que Tolstoi ha logrado hacer en pocas páginas y con una historia tan sencilla, cuyo final y motor principal el lector conoce desde la primera linea, cuando nos introducimos en la historia en el funeral del protagonista, donde queda claro que para todas las personas a su alrededor este suceso es un mero y desagradable contratiempo en medio de lo que se supone que debería ser su jornada. Y es desde ese mismo punto donde empiezan las bofetadas a mano abierta que el autor ruso da sin concesiones ni descansos, criticando a la sociedad rusa de la época, con su hipocresía y todos sus cimientos ideológicos, monetarios y sociales en los que se asienta. Ni siquiera la medicina y el trabajo de los médicos se salvan de la aguda y contundente pluma de Tolstoi. Una maquinaria de la que Ivan Ilch acaba resultando participante y víctima. Toda su vida se ha basado en llevar una existencia “tranquila, agradable y decorosa” según los estándares de las clases altas. Esta necesidad de actuar así le llevara, como entenderá cuando su salud se resienta fatalmente, a llevar una vida vacía y carente de sentido y significado, basada solo en un matrimonio sin amor, una familia desunida y sentimentalmente distante y un trabajo cuyo único placer surge del poder que le proporciona.

Así pues, esta corta obra tiene una meta más profunda que la mera critica social. Es una disección sobre la libertad personal de cada uno y el papel de la religión en nuestras vidas. Y algo más. Ivan Ilch enferma por un accidente fortuito y estúpido al intentar convertir su hogar en un espejo de los de las clases altas; su muerte responde al mismo sinsentido que ha sido toda su vida. A lo largo de su agonía su dolor físico va a la par que su dolor moral, marcado por las cuestiones y sufrimientos que toda esta circunstancia genera. No puede aceptar lo escaso de contenido de su biografía y muerte, se resiste a morir porque esta desesperado por vivir, a la par que se niega q aceptar que ha vivido siguiendo unos estándares que al final no le han aportado nada.

Tolstoi nos regala la crónica de una muerte anunciada, donde el foco no se basa tanto en el inevitable final como en el contenido de este y su mensaje de tintes profundamente cristianos. al final lo que cuenta es estar con uno mismo, eso es lo que le da un significado real a la muerte. Todo el periplo emocional que sufre Ivan Ilch durante sus últimos días, toda la rabia, el dolor, la soledad, el sufrimiento por la falta de empatía de sus allegados más cercanos… todo queda en nada cuando se acepta que, inevitablemente, todos debemos morir.

En definitiva, tengo que decir que esta breve novela me ha parecido una historia llena de miga y que da para pensar mucho. Es un relato en el que no sobra nada, y en el que la ambientación está magistralmente lograda. Como siempre Tolstoi no defrauda como escritor, tiene una pluma amena y ágil, pero al mismo tiempo cuenta cosas muy fuertes y difíciles de digerir a veces, no deja nada al azar y todo lo que dice y escribe lo hace con una contundencia que llega profundamente al lector. Es cierto que durante la mayor parte de la lectura no le veía el sentido a todo lo que narraba este autor. Es en las últimas líneas donde el todo que es la historia se completa de forma más que satisfactoria.

“Los Tres Ermitaños”: una historia corta y bastante simpática y ligera si lo comparas con las otras, aunque no por ello exenta de un mensaje religioso bastante potente y una moraleja bastante interesante. No es tan simple como puede parecer a simple vista, hay una fuerte dosis de critica a la religión como organismo, abogándose fuertemente por una forma de creer y rezar más sencilla y privada. El autor defiende eso como método para llegar a Dios, dandole una lección de humildad y auténtica creencia al arzobispo protagonista. El cuento es, desde luego, una buena muestra de como en pocas páginas se puede hacer una historia de contenido solido.

“Las Tres Muertes”: sin lugar a dudas el cuento que menos me ha gustado. No sé si será porque soy una torpe o que, pero me ha parecido una historia que no lleva a ningún lado, y por eso ocupa en mi ranking personal dentro de esta antología. Muy bien escrita, como todos los cuentos aquí presentes de Tolstoi, pero no me ha aportado nada. Entiendo la idea de la muerte como gran igualadora de todo ser humano, independientemente de su posición social y de como uno puede encarar el último y definitivo paso que se da en este mundo. Pero la forma en que Tolstoi lo trabaja (que no como lo cuenta, que eso, una vez más está muy bien) me ha dejado indiferente.

“El Ahijado”: una autentica fabula cristiana con toques y elementos budistas sobre el significado de la vida y la búsqueda de la redención. Con un principio que recuerda al cuento de los Grimm “La Muerte Madrina” y una escena esencial que bebe de historias como “Barba Azul” de Perrault, Tolstoi le da a esta historia religiosa y de tintes fantásticos, un ritmo pausado y comedido, y la divide en capítulos cortos. Esto da mucha agilidad a esta lectura corta e ideada para dar que pensar al lector.