La Caída de Númenor

Tras el final de la Primera Edad, la captura de Melkor y los daños que dejaron las incursiones del ejército de los Valar convocado por Eärendil en la Tierra Media hay cosas que deben tomar otro rumbo. Es así como los elfos que deciden quedarse al oriente del mar se reorganizan, fundan nuevos refugios para ellos. Por su parte, los Hombres reciben como recompensa por su ayuda un nuevo reino en medio del mar en el que su prole pueda progresar: la isla de Elenna, que más tarde sería conocida como el reino de Númenor. Esta es la historia del origen, auge y caída de la isla, junto con la historia de la recomposición de la Tierra Media luego de la derrota de Melkor y el ascenso de Sauron. Todos estos sucesos son el molde de lo que veremos más tarde en la opera magna de Tolkien: El señor de los anillos.

De esta forma, en La caída de NúmenorBrian Sibley reúne todo el material sobre la Segunda Edad disponible en El Silmarillion, Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media, la serie de Historia de la Tierra Media y El señor de los anillos adherido a “La cuenta de los años” disponible en los “Apéndices” de ESDLA y, sobre todo, siguiendo los pasos de Christopher Tolkien. Antes de llegar a la parte gruesa del libro, Brian hace una trazabilidad del origen del material, seguro con el fin de dejar claro de que nada de lo que contienen el libro fue sacado de la chistera, o es inventado.

Si bien para mí nada de lo contenido en el libro es material nuevo, sí hubo un par de cosas que resonaron bastante durante la lectura bien fuera porque son datos que dejé pasar en su momento, o porque no me había detenido a contemplar con el suficiente detalle. Es así como nunca me había detenido a pensar en los elfos de la Tierra Media como un grupo más ventajoso que sus congéneres al oeste del mar. Los que habitan en la Tierra Media gozan de la paz, la beatitud y la perfecta memoria del oeste mientras viven en las tierras en las que su prestigio es mayor que en Valinor. Basta con ver a Gil-galad para entender de lo que hablo.

Por otro lado, si bien la historia del fin de Númenor es triste, es también un intento de conservación de la memoria. Todo lo que sabemos de ella vino por medios orales a la Tierra Media, es así como no sabeos a ciencia cierta el tamaño de la isla e ideas muy vagas de la relación que tenían los númenoreános con los animales, que parecía ser mas estrecha de lo que se cree a primera vista.

Todo esto sin dejar de lado el hecho de que, debido a la extensión de los relatos de esa época, el primer milenio de la historia de Númenor parece ser más concurrido que el tiempo subsiguiente. Basta con mirar la historia de Aldarion y Erendis —de lejos la más desarrollada de todas las historias isleñas— para quedarse con esa sensación, aunque esto no sea cierto y la segunda parte de la historia de Númenor y la Segunda Edad tenga puntos clave que moldearon el futuro de los pueblos de Arda.

Tolkien siempre fue consciente de la interdependencia del Silmarillion y ESDLA y todos los acontecimientos narrados en La caída de Númenor están en consonancia con ambos relatos. Es muy curioso que siendo una época tan importante —casi que puede ser vista como una época de transición entre los días antiguos y los Grandes Años— la información sobre la Segunda Edad esté tan desperdigada y parezca ser tan fragmentaria. Creo que este es el punto más importante y el vacío que viene a llenar La caída de Númenor dentro del Legendarium. Que no lo hace solamente juntando el material referenciado, sino organizándolo de forma tal que se facilita su lectura y las referencias cruzadas a las que puede dar lugar.

En La caída de Númenor queda en evidencia el hecho de que cuando los hombres como especie se integran en la historia del mundo, los relatos pierden carácter mítico y giran hacia el cuento y la novela. Queda en evidencia también, una correlación entre las grandes e imponentes construcciones como Angband, Barad-dûr e incluso el templo en la cima del Meneltarma y las fuerzas del mal. Queda también latente el hecho de que Tolkien no usa a la ligera palabra tan gruesas como “Poder”, una palabra que dentro de sus creaciones y diferente a los Valar, es una palabra que denota maldad, avaricia.

Númenor y toda la historia de la Segunda Edad son una muestra más de la erudición de Tolkien y del rigor y disciplina de su creatividad literaria. La caída de Númenor es muestra de ello.

El trabajo que ha hecho Brian está a la altura del de Christopher y ha respetado todas las decisiones editoriales que él tomó durante su carrera como editor de su padre. Alan Lee ha hecho un trabajo bello con sus ilustraciones, aunque a mí algunas se me quedaron cortas en su pertinencia o incluso en lo que plasman de la isla.

La caída de Númenor es ideal para tener el material de la Segunda Edad disponible de forma rápida si no se tienen los demás libros de donde provienen los extractos, en el caso contrario, no es un libro tan necesario como se pensara. La verdad, espero que una próxima publicación que lleve el sello de Tolkien dé un poco más que una reorganización del material que la gran mayoría ya conoce.

Nota al pie: La publicación de la caída de Númenor fue anunciado por los mismos días en los que Historia de Númenor y la Tierra Media de la Segunda Edad también era anunciado. Fue una sorpresa que en un primer momento nos dejó un poco tristes porque no sabíamos que algo del tipo se estaba preparando, pero que luego nos dejó bastante tranquilos al saber que ambos libros, si bien compartían temática, habían transitado caminos diferentes en su construcción. Ahora es grato ver los dos libros como hermanos que fueron criados en dos lados opuestos del mar.