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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
19 December 2022
Y por este año terminamos con Tolkien, leyendo el libro dedicado a la última de las tres grandes historias de la Primera Edad de la Tierra Media. Dicho relato es de una importancia capital, ya que fue uno de los primeros que surgió de su pluma y que estaba ubicado en la Tierra Media. Y lo que le siguió ya es una historia bien sabida, leída y admirada. Personalmente, pese a los problemas que voy a contar más adelante, he agradecido mucho haber tenido la oportunidad de haber leído “La Caída de Gondolin” . Esa parte dentro de “El Silmarillion” la tenía muy desdibujada y me hacía un poco de lío con ella. Tras leer este libro tengo ya todo mucho más refrescado y claro.

Para el legendarium tolkiense, la caída de Gondolin, la de las siete puertas, es el equivalente al saqueo y caída de Troya. Esta ciudad escondida, fundada y gobernada por el rey elfo Turgon, era uno de los últimos baluartes contra el auge del primer señor oscuro de la Tierra Media, Morgoth. Solo la traición dentro de sus muros podrá hacer que el lugar caiga. Participante y testigo directo de esta caída será Tuor, un humano de la casa Hador, a quien el dios de las aguas, Ulmo había enviado a Gondolin en un viaje agotador, para advertir a su rey de lo que pasaría si no salía de su escondite y plantaba cara a Morgoth.

Al igual que el ensayo dedicado a “Beren y Lúthien”, en “La Caída de Gondolin” Nos encontramos con un texto en el que se combinan las diferentes versiones, que hizo de la historia el propio Tolkien a lo largo de los años, con explicaciones y comentarios de su hijo, Christopher. Aunque “Beren y Lúthien” me gusto mucho, admito que fue una lectura que se me hizo muy pesada por la forma en que se metían las explicaciones de Christopher, cuyo estilo narrativo es más denso, árido y académico; y cuyas aportaciones están más enfocadas a aspectos de corte más teórico como la filología detrás del idioma que inventó su padre y los nombres que ideó para los lugares y los personajes; o la evolución y los cambios que tuvo la historia con el paso del tiempo. Y con este libro ha vuelto a pasar un poco lo mismo. Pero quizás al estar ya advertida, esta lectura no se me ha hecho tan pesada como la anterior, he llevado mucho mejor las explicaciones de Christopher. En esto creo que ha tenido mucho que ver que a diferencia de “Beren y Lúthien” en “La Caída de Gondolin” primero aparecía lo que escribió Tolkien padre, y ya lo seguía los comentarios de su hijo sobre el texto en cuestión. Me consta que la labor de Christopher como albacea literario de su padre y editor de muchos de sus textos no publicados ha sido muy criticada a lo largo de los años. Muchas personas han defendido que ha dado una idea un tanto distorsionada de lo que quería escribir y su progenitor. Pero hay algo que no podemos negarle: Sinel mucho de los escritos de Tolkien no habrían sido publicados y habrían caído en el olvido.Gracias a él, los fans conocemos mejor como fue evolucionando el mundo de la Tierra Media y su historia, su modo de trabajar, y muchos relatos A los que no se le habría concedido la importancia que merecen dentro del legendarium. de hecho, este libro es el último que escribió Christopher, siendo el primer sorprendido de poder acabar la triada de libros enfocados en las tres historias más importantes de la Primera Edad (la ya varias veces mencionada “Beren y Lúthien” y “Los Hijos de Húrin”). Así que, con sus más y sus menos, la labor de Christopher Tolkien, creo que debería ser reconocida por los fans de su padre. Realmente le debemos mucho

Reconozco que quizás no sea un ensayo para todo el mundo, es más que posible solo sea apto para gente que ya este familiarizada con la obra de Tolkien y sean muy fan de la misma. Desde luego, bajo ningún concepto animaría a nadie a iniciarse con este autor y su mundo con este libro para nada. Para entender bien bien en este libro y situarte correctamente en la historia, creo que es mejor leer antes “El Silmarillion”. Pero si eres fan acérrimo del escritor y su obra, adelante. Hay muchas posibilidades de que disfrutes de este libro. Sobre todo porque, hay algo que, a mi juicio, lo más significativo de esta lectura: ver no solo como evoluciona la historia de la ciudad escondida de Gondolin y de Tuor y su progenie, también permite intuir cómo fue evolucionando todo el legendarium por el que Tolkien ha pasado tan merecidamente a la historia de la literatura y de la ciencia ficción. Tolkien escribió los diferentes fragmentos que son el motor de este volumen en periodos de su vida muy separados cronológicamente. Y esto se nota en cómo va modificándose la historia y en qué elementos van transformándose dentro de la misma, también en cómo va evolucionando el estilo del autor a medida que pasan los años.

Como en muchas otras de sus historias “La Caída de Gondolin” tiene una fuerza propia y particular, algo épico y a la vez profundamente humana. de la mano de Tuor somos testigos del auge y caída de una ciudad bella y poderosa, ejemplo trágico de como la grandeza también tiene sus días contados y nada puede escapar a la caída. al principio de la reseña comparaba Gondolin con Troya. Y es que Tolkien logra crear algo con tanta fuerza como lo que hizo Homero hace ya tantos siglos. Ya que tenemos una vez más la prueba de lo genial que era este hombre como escritor. Podría haber creado una crónica de la caída de Gondolin, llena de muerte y destrucción, en la que todo resultará confuso y caótico. Pero varios de sus textos trata esto de una forma muy comedida y detallada, centrándose más en el drama que en la sangre, y poniendo en relieves las individualidades y las luchas de los principales defensores y enemigos de la ciudad, sin perder nunca de vista la forma en que se produce el fin de Gondolin. También es interesante señalar que el último relato del ensayo gira sobre Eärendil, hijo de Tuor e Idril Celebriam, hija de Tuor. Eärendil tiene un papel fundamental en el futuro de la Tierra Media. Y además es el padre de Elrond y el abuelo de Arwen. Con él sigue perpetuándose un linaje en el que corre la sangre de los elfos y de los humanos, y que será trascendental en los siguientes actos dentro de la guerra contra Morgoth. Su historia, además, nos permite dar un vistazo al futuro profetizado de la Tierra Media en el fin de los tiempos, con un claro sabor al Ragnarok nórdico, y que al igual que este, sobrecoge.

A través de las variadas y diferentes versiones que el autor hizo de este relato, otorga a la historia una fuerza plástica, llena de dolor, amor y pérdida, gracias a su estilo poético y melancólico. Los personajes que van desarrollándose con el paso de los años en estas páginas son suyos al cien por cien, tienen ese algo tan humano y trágico que les hace tremendamente cercanos al lector, ya que no dejan de ser dueños de si mismo y tienen personalidades muy bien trazadas y plagadas de claroscuros. Pero a la vez son marionetas de un destino del
que no pueden o saben escapar, superior a ellos, destinado a marcar las pautas de todo lo que va a pasar posteriormente en la Tierra Media. Puede que lo que tengan delante sean situaciones muy fantasiosas, como ser los elegidos por los dioses o ver como cae una ciudad de ensueño. Pero tras eso lo que subyace son cuestiones profundamente humanas, hay algo en todo ello reconocible y cercano, que forma parte de lo más hondo del bagaje humano y de su forma de ser. Y todo esto acompañado de la forma de escribir de Tolkien, que logra crear una atmósfera de grandeza y caída increíble, y sumergir en ella totalmente al lector.

La verdad es que tengo sentimientos un tanto encontrados con esta lectura. Como habéis podido comprobar, me ha gustado, sí, no niego ni un instante (ni se me ocurriría) la gran capacidad de Tolkien, ya no solo como escritor, también como creador de un mundo de fantasía y como hacedor de historias. Pero también he tenido un fuerte problema con ella. Y es que, la mayor parte del tiempo estaba totalmente metida en la historia y en lo que padre e hijo me contaban, me dejaba totalmente llevar por lo que acontecía en el libro. Pero en dos o tres ocasiones hubo momentos en que la narración se me hizo muy, muy bola, y en el que no podía avanzar para nada creo que eso se debe a que hay muchos tramos que son terriblemente descriptivos, marca absoluta de la casa Tolkien. O a que hay muchos momentos de guerra y lucha, que puedo leerlos, pero reconozco que no me gustan especialmente. O a la forma en que el estilo como escritor de Christopher, muchas veces, lograba sacarme de la historia que su padre proponía propiamente dicha. No lo sé, pero me da un poco de rabia, porque siento que no he podido disfrutar plenamente de un libro que si me ha gustado. Y ya no solo me ha encantado por la forma de escribir de Tolkien y la historia que nos proponía. También, porque a lo largo y ancho del libro y de los fragmentos del relato, nos encontramos con muchas situaciones que nos recuerdan a lo que vamos a ver posteriormente en “El Señor de los Anillos”y que conectan con no pocos lugares y personajes que vamos a conocer en esa trilogía o en otros trabajos de Tolkien. Así, en uno de los fragmentos conoceremos a un elfo llamado Legolas; o seremos testigos del enfrentamiento del elfo Glorfindel contra una terrible criatura de Morgoth, un Balrog, que nos recuerda a uno de los momentos más significativos de “La Comunidad del Anillo”. Y, por supuesto, mención especial al brevisimo, silencioso y casual encuentro que en uno de los fragmentos se da entre Tuor, en busca de Gondolín, y su primo Túrin, el trágico protagonista de “Los Hijos de Húrin”. Dura apenas unas líneas, no se vuelve a repetir y no pasa absolutamente nada. Pero tiene algo profundamente dramático y significativo que deja que esas pocas palabras se queden marcadas en el lector. Y más cuando ya conoce la historia de Húrin y lo que le espera.

Y, por supuesto, mención especial a las ilustraciones de Alan Lee, y a lo estupendamente que sabe captar el espíritu de la Tierra Media. Este libro no es la excepción. Me alegra muchísimo que Christopher le dé el reconocimiento que se merece en el prólogo con el que inicia el ensayo. Como en otras obras, sus ilustraciones a color en el centro del libro son de una fuerza y belleza incomparables. Vienen acompañadas de varias dibujos a lápiz que jalonan el texto, especialmente el principio y el final de los epígrafes. Son ilustraciones que evocan nostalgia medieval ,y de una belleza serena pero impactante, llenas de sensibilidad y que casan perfectamente con el texto. Creo que muy pocas personas han sabido captar también el espíritu de la Tierra Media como este ilustrador. Cada uno de sus dibujos es una auténtica maravilla.

Y tras esta lectura por fin puedo ponerme con la relectura del “Hobbit” y “El Señor de los Anillos”. Es algo a lo que tengo muchísimas ganas y que estoy seguro que me va a endulzar mucho en los primeros meses del 2023.
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