Contemplamos un mayor desarrollo de todos los personajes y van apareciendo otros nuevos igual de fascinantes. En esta segunda parte, el autor se detiene mucho más en la descripción, provocando que se haga pesado en muchas ocasiones. La ambientación es el punto clave de Tolkien. Tiene un don para crear, desarrollar y transmitir un universo impresionante. Sigo sin poder ser objetiva con esta trilogía. Me apasiona tanto que, a pesar de haberse hecho más pesado que el primero, me ha encantado esta segunda parte también. |