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Segunda parte de esta maravillosa historia creada por Tolkien. En esta ocasión la compañía anda separada, los hobbits van hacia Mordor y el resto se encuentran en el mismo sitio donde terminó la novela anterior. La primera parte de esta historia se me ha hecho algo más pesada al principio, ya que cuenta con unas descripciones sumamente detalladas y no había demasiadas aventuras, pero cuando la acción irrumpe en la trama me ha dejado boquiabierta todo lo que Tolkien ha creado. Soy muy fan de todos los personajes, Legolas y Gimli son un dúo muy bien avenido, con sus riñas y sus diferencias pero se complementan a la perfección, sus competiciones por ver quién mata a más orcos me encantan. Por otro lado tenemos a los hobbits, me encanta, cómo por muy dura que sea la tarea o la situación a la que tienen que enfrentarse, no dejan de pensar en comer y descansar, son lo más tranquilo que puedas ver en este mundo. El humor de Sam y su admiración hacia Frodo hacen de él un personaje muy especial y es que parece un hobbit muy torpe y cobarde pero ahí radica su esencia. No es perfecto y tampoco lo pretende ser, es de esos personajes que se te quedan grabados en el corazón para siempre. Tolkien crea una cantidad de personajes, muy diferentes a los héroes de las que están llenas todas las novelas de aventuras, los hace muy humanos, por lo que es muy fácil ponerse en su lugar. Se nota que Tolkien concibió está historia como una novela única, ya que por ahora la sensación que tengo es que no ha hecho más que empezar la acción y toda la aventura. Es una lectura que requiere tiempo y paciencia, leer a Tolkien no es sencillo, pero merece la pena viajar junto a él por la Comarca. |
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