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“Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos. Un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.” Creo que esta reseña, aunque suene tópico, solo podía empezar con esta cita. Hice esta relectura hace ya un par de semanas, y desde entonces me he sentado en varias ocasiones a escribir esta reseña. Y he tenido que dejarlo por imposible todas las veces, porque he sentido que lo que contaba no hacia justicia ni a la obra ni a lo que me produce volver a ella. Siento repetirme, porque creo que ya lo he contado anteriormente, pero en mis años adolescentes no hubo un año en que no releyera una vez al año la trilogía de ESDLA, una costumbre que no cumplía desde hace mucho tiempo. Y que retomarla me ha hecho recordar porque esta saga es tan importante para mi, y la belleza de la escritura y todo ese mundo surgido de la mano y mente de J.R. R.Tolkien. Honestamente creo que esto no es necesario, pero nunca se sabe. Así que por si acaso alguien ha estado encerrado mucho tiempo en algún Agujero-Hobbit, vayamos con la sinopsis de “La Comunidad del Anillo”. Tras los acontecimientos narrados en “El Hobbit”, Bilbo Bolsón lleva una vida próspera y longeva en su Comarca natal. Pero todo cambia cuando en su cumpleaños ciento once decide marcharse del lugar y legarle todos sus bienes a su primo y heredero Frodo. Incluido aquel sencillo, y aparentemente insignificante Anillo que tantas veces le salvó en sus aventuras pasadas. Sin embargo, pronto quedará claro que ese objeto es mucho más de lo que aparenta, y que oscuros acontecimientos se han desencadenado en torno a a él, mientras un enemigo oscuro empieza a despertar y a buscar la joya para dominar con su ayuda toda la Tierra Media. Frodo deberá emprender su propio y escalofriante viaje, que finalmente le obligará a cargar sobre sus hombros la insospechada misión de destruir el Anillo en las oscuras tierras de Moira. Para esto le acompañará una compañía formada por hobbits, magos, elfos, enanos y humanos. Siempre he pensado que para que una obra sea considerada “clásico” o “ atemporal” tiene que cumplir dos cosas al menos: En primer lugar, tratar temas que siguen siendo importantes o trascendentes para las personas, independientemente de la época y el contexto en que hayan nacido o crecido. Y en segundo lugar, ser una lectura que por más veces que la hagas, siempre te diga o te aporte algo nuevo, descubras en ella algún aspecto del que no te hayas percatado hasta la fecha y que te enriquezca de alguna manera. Dos requisitos que sin duda alguna he hallado, una vez más, en esta historia de aventuras, sacrificio, magia y criaturas fantásticas. No creo que tenga nada que aportar que no se haya dicho antes de estas obras. Simplemente decir que las quiero. Así sin más. Y ya no solo porque sean maravillosas, sino por el simple hecho de existir. Como lectora soy de la clase a la que no le gustan las descripciones exageradas de los entornos y de los paisajes, me aburren un poco-bastante. Y sin embargo, creo que si cogiera uno de estos libros y me encontrase con que han quitado algunas de las pormenorizadas descripciones que Tolkien realiza de los lugares que sus personajes van hollando a lo largo de su camino, creo que me enfadaría mucho y las echaría increíblemente en falta . La maestría del profesor a la hora de componer todos y cada uno de los aspectos y detalles de la historia, mitología, filología y geografía de la Tierra Media es simplemente incomparable y detallista a más no poder. Siempre me encantó el detalle de que todas estas historias surgieran para poner contexto a las lenguas que a él le gustaba inventar como hobby en sus ratos libres. Me parece tan maravilloso llevar a este extremo tu pasión que siempre he pensado, que ese es el punto fuerte de esta historia y el lazo que ha hecho que la obra de Tolkien conecte a lo largo de los años con tantos y tantos lectores (y los que aún le quedan): es ese componente que tienen las cosas que uno ama de verdad, en las cuales uno pone todo su corazón y su mente para que salgan adelante. Todo eso se nota, un lector de alguna forma lo percibe.Y eso hace que no puede evitarse sentirse atraído por ello, por la pasión y el esfuerzo que se sienten en todas y cada una de las páginas que el autor escribió. Y es que es maravillosa la forma en que Tolkien hizo una historia cuya trama bebe de todo ese legendarium e historia que ideó para, como dije antes, dar sentido y contexto a esas lenguas e idiomas que invento para divertirse. Porque realmente cuando uno lee todo lo que escribió Tolkien siente que todo encaja con todo de una forma perfecta, y que no resulta para nada artificial o imposta. Ni mucho menos. de hecho, el profesor siempre defendió que entendía absolutamente todo lo que la mayoría de los lectores hemos leído en diferentes tomos como una única historia que debería ser leída seguida. de hecho, en la introducción, dice que escribió todo toda la trilogía de “El Señor de Los Anillos” con la idea de que se leyera en un único volumen, pero por cuestiones logísticas relacionadas con el precio del papel, su editor le convenció para que la articularse en tres entregas. Un sentido de la unidad que sirve para crear en el lector, la sensación de que este cosmos es algo realmente veraz y único. Les sobre seres sobrenaturales, anillos con identidad propia y aún así esto tiene algo que hace que te lo creas y te metas totalmente en la historia. En su forma de narrar es lenta, pero tiene un pulso firme con el que logra acompañar al lector a donde él quiere, un viaje que para muchos puede hacerse denso, pero si te lo tomas con calma y le das la oportunidad es una auténtica gozada. Su forma de narrar es pausada, y tiene algo poético y melancólico. Pero no por ello no se permite momentos para contar historias más livianas o para el humor. Todo está plagado de leyendas, emotividad, aventuras, luchas y momentos realmente potentes que se quedan incrustados en la retina y la mente del lector, como el célebre capítulo del Consejo de Elrond o el momento del espejo de Galadriel, para mi uno de lis personajes mejor trazados de todo el legendarium tolkiense. El sentido de la narrativa del autor inglés es realmente extraordinario, pese a todos los personajes, lugares, datos y hechos que marcan los compases de sus libros logra llevar a buen puerto su cometido y hacer que el lector se implique en lo que tiene entre sus manos. Es cierto, qué Tolkien se toma su tiempo para ponernos en contexto sobre la historia de Bilbo y la sociedad Hobbit (en los Apéndices que actúan a modo de prologo del libro) como en introducir la historia propiamente dicha de “La Comunidad del Anillo”. Para mí la parte que siempre se me hace más aburrida y soporífera de todo lo que leído de Tolkien es la que va desde que Frodo y sus amigos dejan atrás la Comarca hasta que llegan a los Túmulos. Esa parte siempre se me ha hecho increíblemente pesada, y excepto unas pocas cuestiones, que obviamente si que va a ser importantes en el futura, nunca me ha aportado nada especialmente relevantes. Siempre me deja la sensación de que esas más de 100 páginas (para que os hagáis una idea de la forma en que Tolkien se toma las cosas, que es, literalmente, a su ritmo) Existen como muestra del placer que se autor tenía por escribir y sus ganas de demostrarnos la geografía de la Tierra Media. Pero como he dicho más arriba, pese a que se haga, me haga muy cuesta arriba, no quitaría de ellas ni una coma. Por cierto, esta vez no le he tenido tanta ojeriza como en otras al personajes de Tom Bombadil. Será que estoy madurando o algo así… Pero tras esto, empieza lo bueno. Una narración plagada de aventuras, misterio y viajes que va avanzando inexorablemente. Y es en ese punto cuando “La Comunidad del Anillo” empieza ganar identidad propia y ha convertirse en el librazo que es. Una de las cosas que más me gusta de Tolkien como autor es que de una forma muy simple, pero muy efectiva, logra hacer personajes muy conseguidos y realistas. En enero, una de las cosas que más me gustaron de la relectura de “El Hobbit” fue el darme cuenta de la evolución que a lo largo de sus páginas tuvo el personaje de Bilbo Bolsón, y de las muchas facetas que su arco argumental tenía. Y es que Bilbo es un personaje que siempre ha quedado para mí muy en segundo plano, y que, de hecho, en otras lecturas me parecía muy pesado, llorica y poco interesante. Y de la noche a la mañana ha pasado a ser uno de mis caracteres favoritos de la Tierra Media. Y lo mismo (aunque de momento no de una forma tan pronunciada) me ha pasado en esta ocasión con su primo y heredero, Frodo Bolsón. Estamos solo en la primera parte de la trilogía, pero desde las primeras páginas hasta las últimas Frodo pasa por todo un proceso de evolución muy conseguido que hace que el personaje no sea el mismo que cuando lo conocimos por primera vez al principio de la presente “Comunidad del Anillo” . Y es solo el principio de la trilogía. Desde luego, Frodo es posiblemente el personaje mejor trazado en esta ocasión, ya que aquí lo que se sigue es su historia propiamente dicha (como todos los que hemos leído la saga antes sabemos, a partir de “Las Dos Torres” todo se vuelve más coral). Pero eso no quiere decir que sea el único destacable. Ni mucho menos. Todos tienen algo que les hace único y especial, una patina del realismo humanidad que nace de los claroscuros de sus personalidades. Quizás estar más enfocado en la aventura y el viaje, en este libro, estos caracteres no tienen una patina tan dramática y abocada a una desgracia de la que ellos son tan víctimas como participantes, como en otras obras de Tolkien, ubicadas anteriormente en la cronología de la Tierra Media, como “Los Hijos de Húrin” o “El Silmarilion”. Es cierto que algo de ello lo hay en personajes como Boromir o Gollum. Pero todo queda más diluido por los efectos nocivos que el maligno anillo tiene entre ellos, que les lleva a la parte más oscuras de sus entes. Y es que este diminuto objeto es el auténtico enemigo de toda la historia, siempre lo he dicho. Más que el propio Sauron. Y de hecho, para mí es uno de los antagonistas más terribles de todos los libros que leído alguna vez. Pero no quiero extenderme (más) por las ramas. Solo puedo deciros que toda la trilogía de “El Señor de Los Anillos” merece la pena. Punto. Y lo mejor es porque a cada cosa a cada persona le dice algo muy diferente a lo que pueda sugerirle a otro lector. Otra de las características que creo que cualquier obra que se considere clásico (teniendo en cuenta que esa es una categoría que hace las veces de cajón de sastre en el que entran muchos y muy diferentes libros de todo tipo y condición). Solo puedo decir que volver a una de las trilogías que más me ha marcado como persona y lectora es un absoluto placer, y que estoy muy emocionada con ir leyéndola poco a poco. de hecho estoy convencida de que cuando acabe el último libro de la serie me va a dar la misma pena que me produjo la primera vez que lo finiquite. |
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