El Hobbit

Bilbo Bolsón es un tranquilo hobbit, que vive en su confortable agujero-hobbit y no tiene pensado vivir ninguna aventura, pues a él lo que le gusta es la tranquilidad y la rutina. Un día aparece en su puerta Gandalf, un mago, y trece enanos, que lo acabarán convenciendo para que se embarque en una aventura como el saqueador del grupo.

El comienzo es lento, pesado y aburrido, tanto que me plantee dejar de leer. Si seguí fue solo porque habiendo visto las películas ya, sabía que la historia me iba a gustar, y efectivamente, fue así.

Una vez pasado ese comienzo aburrido y pesado de leer nos encontramos ante una historia muy interesante y bastante rápida de leer. Tiene un ritmo algo irregular, y es que pasamos de estar muy enganchados y devorando la historia a leer sin ganas. Esto se debe a las descripciones, y es que Tolkien es muy detallista, y esto, en ocasiones ralentiza la lectura, pues algunas veces se pasa, haciendo descripciones muy largas.

La trama en si me ha gustado mucho. Engancha bastante y a pesar de saber cómo acaba todo, me he encontrado sufriendo por Bilbo, Thorin y compañía más de una vez, de lo metida que estaba en la historia. Es una historia de aventuras y fantasía épica en toda regla, que se disfruta en grandes cantidades.

El ritmo de acontecimientos es muy fluido y natural. Todo se va dando cuando toca, y gracias a las pequeñas menciones que hace el autor del paso del tiempo, nada queda precipitado ni forzado. Entre acontecimiento y acontecimiento el autor deja pasar el tiempo justo para que el lector asuma todo lo que ha ocurrido y lo asimile.

Uno de los puntos fuertes es la gran evolución que tiene Bilbo. Dicha evolución la vamos viendo página tras página, y cuando terminas el libro te das cuenta del gran cambio, muy positivo, que tiene Bilbo. Pero no solo el evoluciona, ya que en general, vemos una evolución positiva en los enanos.

El final me ha gustado mucho, aunque también me ha dejado tocada. Es el justo y necesario para la historia, y no podría acabar de otro modo, pero algunas cosas me han dolido en el alma, aunque otras me han arrancado muchas sonrisas.