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Quizá te imaginaste navegar en un barco, pudiste soñar con cruzar los mares en un imponente crucero o si eres más osado, en un acorazado dispuesto a la guerra como marinero, tal vez en un sueño distante de niño. Otros están destinados a navegar los ríos y no, en un imponente crucero o un acorazado destinado a la guerra, mas bien, en una humilde balandra, y si te preguntas que rayos es eso; tal vez sea una razón para acompañar a Caroline Oresteia y su pequeña tripulación por las tierras fluviales y descubrir los intrincados conflictos terrenales, marítimos y divinos que nos ofrece la autora. Las tierras fluviales están llenas de traición, criaturas sobrenaturales e imperios que solo son la sombra de lo que fueron antaño. Creo que hasta yo me lo imagine desde un principio y me sentí perdido por toda la información que iba soltando, hizo que aprendiera un poco más sobre barcos y los términos que de seguro, más de uno se habrá sentido confundido en un inicio, pero a medida que la lectura avanza, te vas encariñando con los personajes, tal vez de la mujer rana o el misterioso Markos o así como yo, me encariñe con Caroline, no por ser una mujer de pelo rojo, mas bien por su tenacidad y su destreza con la navegación, algo de los que muchos quisiéramos hacer. Pero el mar siempre te bendice de día y te maldice de noche, eso lo escuche en algún lugar. Empecemos por el día, la lectura es ligera (en partes), llevadera y de lectura fácil incluso para aquellos que no conozcan los términos náuticos utilizados en el libro. Los personajes son sencillos, fáciles de entender y comprender sus motivaciones; aunque eso no evite caer en ciertos estereotipos, lo compensa con una trama simple y compuesta de detalles, seres mágicos y dioses que juegan con el destino de nuestros personajes, que te hacen ver que solo es un juego de ajedrez. Ahora llega la noche, aunque no encontré mucho, quizá los temas políticos y territoriales pudieron profundizarse más en detalle, tal vez la “Margravina” sea uno de esos casos. Y si bien resalte los términos náuticos y de las embarcaciones, esto podría hacerse un poco complicado para aquel que no entienda y se sienta en la necesidad de coger un libro de consulta y hacerse la lectura más traumática; pero ese es el fin de la lectura, ¿verdad? Motivar la curiosidad y la imaginación. |
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