Técnicas de iluminación

Los libros de relatos tienen varias ventajas sobre las novelas que no todo el mundo sabe apreciar. de entrada, a no ser que hablemos de un autor infame, es difícil que entre 10, 12 ó 14 cuentos, no haya al menos dos o tres que merezcan la pena de verdad. Ya sólo por eso, habrá merecido la pena leerlo. Hay veces, incluso, que son los menos los cuentos que puede que no nos gusten. Mejor para nosotros.

Otra ventaja de los libros de cuentos y relatos es que permiten compartir su lectura con otros libros. Puedes leer un cuento al día, o cada dos, o uno a la semana... No tienes esa "obligación" de no poder flojear en la lectura para no perder el hilo... Puedes dejarlo aparcado y recuperarlo al mes. No necesitarás hacer un examen de conciencia.

En cualquier caso, nada de todo esto invalida la lectura de novelas, grandes y pequeñas, clásicas y modernas, eso por delante. Se trata sólo de ver el lado bueno de cualquier tipo de libro. Y lo digo defendiendo un género, el cuento, que no se vende una barbaridad, precisamente. Sé de lo que hablo, porque trabajo en una librería.

Por eso, cada vez me gustan y me atraen más los libros de relatos. Estas "Técnicas de iluminación" de Eloy Tizón tienen todas esas virtudes. No hay un sólo cuento que me parezca malo, pero sí hay varios "diferentes" a lo que estamos acostumbrados a leer. de entrada, los dos primeros cuentos, "Fotosíntesis" y "Merecía ser domingo" son cuentos atípicos, sin historia, sin argumento, casi un poema en prosa, con cientos de imágenes muy potentes y visuales -por inesperadas, simbólicas y surrealistas- que hacen de su lectura una experiencia diferente. El inicio es una apuesta de riesgo, porque en los tiempos que vivimos, el lector cada vez muestra menos paciencia con los textos, y si algo no nos "engancha" en las primeras páginas... Como dice un amigo, "será que no hay libros por leer" como para perder el tiempo con algo que no nos está gustando. Comenzar un libro de cuentos con esos dos relatos es una muestra de valentía y fe ciega en uno mismo. Por parte de Tizón y también de la editorial (Páginas de Espuma).

Otros relatos, como "Ciudad dormitorio" (inquietante), "Volver a Oz" (vuelta de tuerca de un clásico) o "Alrededor de la boda" tienen una composición un poquito (no demasiado) más "clásica", con personajes, historias, diálogos, incluso. Pero por encima de todos los cuentos brilla con luz propia, cegadora, "Los horarios cambiados", una historia que cuenta cómo se va acabando el amor en una pareja. Es un cuento absolutamente magistral, con diferencia, el que más me ha gustado de todo el libro y, razón más que suficiente para haberlo leído. Es un cuento de antología.

Eso sí, hay que advertir a quien acuda por vez primera a leer cuentos o novelas de Eloy Tizón que no espere encontrarse cuentos clásicos, ni un estilo académico y ortodoxo. Las formas y maneras de Tizón sobrepasan lo previsible. Es elegante y retórico, a veces, puede que demasiado. Sus textos tienen una carga poética tremenda. Puede que no te gusten. Pero eso no los hace peores. Sus lecturas ganan con el poso del tiempo. A veces, la primera impresión nos deja desorientados, aturdidos... Pero el paso de los días deja un poso en nosotros. Si echas la vista atrás, los cuentos te parecen cada día que pasa mejores, diferentes, únicos.

Eloy Tizón Es un autor que asume riesgos, a costa de que tú también quieras asumirlos. El ha cumplido con su parte. Ahora te toca a ti...