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De primera sólo se me ocurre una palabra para este libro, maravilloso. El autor nos transporta a los años 30 (años de 1934 a 1936 para se más precisos), empezamos en París, pero la historia no solo se desarrolla allí, empieza ahí a los pies de Notre-Dame con Vango, nuestro protagonista, a punto de ordenarse sacerdote a los diecinueve años de edad bajo la atenta mirada de una chica misteriosa que llora por este hecho. Todo parece normal hasta que de repente aparece la policía francesa buscando a Vango por no se sabe que, pero ahí no acaba la cosa, mientras Vango huye de la policía, un francotirador le dispara desde otro lugar. Y es que a Vango le persiguen desde hace mucho, no sabe quienes son y tampoco porque le quieren muerto, y ahora tampoco sabe porque la policía francesa le persigue también. Difícil saber el porque cuando nadie sabe nada del pasado de este joven, ni siquiera el mismo. Tras este trepidante primer capitulo, se nos presenta una historia llena de misterios, de personajes muy bien construidos, pequeños giros sorprendentes y de historias muy, pero que muy bien hiladas entre si. Y es lo que más me ha gustado de este libro, lo bien hiladas que están las historias. Es de esos libros que tienen un montón de personajes en principio separados pero que conforme avanza el libro vamos viendo sus conexiones pasadas y futuras, y estas se nota que están muy bien pensadas. Los personajes son maravillosos, están muy bien construidos al punto de saber quien habla o actúa en cada momento sin perderte y eso que hay muchísimos personajes, pero imposible perderse. Islas perdidas, naufragios, persecuciones, personajes misteriosos, piratas, tesoros, si es que tiene de todo y nada esta al azar, un libro muy recomendable y si eres estudiante de francés de nivel avanzado te animo a que lo leas en versión original, es muy buena lectura para entrenar el idioma y no es complicado. |
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