—Sí, la tía Lula me dijo que me darías una habitación y una llave. —Mofeto se bajó de un salto del taburete—. ¡Soy tu nuevo compañero de piso, Mofeto! —Ladeó la cabeza—. ¿Has creído que era un vendedor que va de puerta en puerta? Qué divertido. ¡Ja! —¡Jua, jua! — Tejón se rio educadamente, mientras se le encogían las entrañas. «¿Un compañero de piso? ¡No! ¡No puede ser!». La tía Lula se lo habría dicho. |