Aunque ya sabía más o menos de qué trataba este libro, después de verlo por todos lados, tengo que decir que al principio me sorprendió y chocó bastante la actitud del protagonista hacia su madre. Me parecía de una crueldad y una dureza tan feroz que me costaba leerlo. Cuánto odio y rabia y dolor acumulado. Pero poco a poco Aleksy me cuenta su historia y mi manera de verlo - y de juzgarlo - cambia. Lo entiendo. Y puedo acercarme a él mirándole con otros ojos. No quiero contar mucho, creo que es mejor acercarse a él sin saber demasiado, que os vaya explicando a su manera, a trazos desordenados, lo que siente y lo que vivió ese verano de ojos verdes, amapolas, algodón de azúcar y pentágonos. Su historia, la de una familia cualquiera pero, sobretodo, la de una madre y su hijo. de su relación, de los pesos que cargamos y se van acumulando a nuestra espalda condicionando nuestra vida y la de los de nuestro alrededor. de las ausencias, las heridas abiertas, pero también de las nuevas oportunidades y el perdón. Muy recomendable. Sabed, eso sí, que es bastante duro. Todavía tengo el nudo en la garganta cuando pienso en él. |