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Este libro es impactante. Puro periodismo gonzo, algo que no sabía lo que era pero que me ha ido descubriendo el surrealista transcurso de esta novela. Hunter S. Thompson desdibuja la línea entre lo real y lo imaginario en el frenético viaje a Las Vegas de un doctor en periodismo gonzo y su abogado para cubrir una serie de reportajes. Las gafas de espejo, el sudor, los continuos episodios paranoicos fruto del exceso de alcohol y todo tipo de drogas. Es escalofriante que se pueda vivir así, en esta frontera en la que se mueve el supuesto señor Duke. Todo lo que ocurre es autodestructivo. Cada episodio de estos drogadictos sin control en una ciudad loca es muestra de un sistema corrompido desde sus cimientos. No pretende ser una crítica, al menos yo no lo he visto así, sino reflejar una realidad que no es tan descabellada como puede parecernos. La narración de la obra en primera persona, salvo el capítulo "Fracaso en Paradise Boulevard", es impresionante. Las descripciones, sensaciones y el estilo despreocupado y preciso te introducen en la historia, por mucho asco que dé el protagonista y todo lo que hacen tanto él como su abogado. Es el absurdo llevado al extremo, la libertad de poder destrozarte como única forma de vida que da muestra del sinsentido que es la existencia. A su vez, sin embargo, aparece un tono de confesión, que no de arrepentimiento, lo que no es sino muestra de que este libro está escrito para provocar. |
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