El viaje y su sentido: Cuando los filósofos se hicieron nómadas

En esta nueva convocatoria de la iniciativa Masa Crítica, organizada por el portal literario Babelio España, fui agraciada con la asignación de este libro, uno de los libros para los que había postulado.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de leer una obra de temática similar, esto es, la reflexión filosófica en torno al acto de viajar. En esta ocasión se centra más en las reflexiones de filósofos que han viajado y han escrito sobre lo que este acto ha significado en su vida y pensamiento, todo ello unido a través de la propia experiencia de la autora con ocasión de un viaje que ella ha realizado personalmente. La editorial Shackleton (apellido de un explorador que es citado en esta misma obra) es la responsable de traducir la obra de Emily Thomas a la lengua española y acercar a la comunidad hispanohablante un elaborado trabajo de recopilación de pasajes viajeros de filósofos del pasado que, gracias a sus experiencias recorriendo tierras lejanas o cercanas dedicaron a esta temática textos en ocasiones extensos.
Lo primero que más me llamó la atención cuando llegó el ejemplar de esta obra fue su solidez física al estar editada en tapa dura y extensión media, de unas 300 páginas en papel satinado y tipografía de tamaño medio, agradable de leer y cómodo para la vista, así como acompañado de bellas e interesantes ilustraciones que añaden belleza y sugerencia de viajes al estilo antiguo, he de decir que al principio me resultó atractivo, siempre acojo de buen grado libros dedicados al turismo y a los viajes, incluso estoy abierta a pensar profundamente sobre lo que supone realizar un viaje. La autora emplea un viaje que realiza ella en persona para estructurar el libro y, en torno a sus propias reflexiones, pasar a comentarnos las vivencias de esos otros filósofos anteriores a ella que se enfrentaron a situaciones o entornos similares y plasmaron en papel lo que tal o cual experiencia supuso para ellos. Resulta curiosa la inclusión de carteles de publicidad de otras épocas o extractos de consejos para aquellos primeros viajeros que lo hacían por simple placer, algo de agradecer porque aportan un poco de descanso entre los textos filosóficos, así como comentarios graciosos que de vez en cuando nos aporta la autora, ya que seguramente es consciente que está tratando una temática un tanto complicada de comprender para lectores no habituados a la filosofía. Según avanzaba en la lectura tenía la sensación de ir acumulando citas y reflexiones que a veces se contradecían con otras (se muestra las posturas opuestas de varios pensadores) y aunque interesantes, deseaba llevar a término la lectura, en paralelo al fin del viaje de la escritora.
A modo de conclusión, podría decir que este libro me ha resultado interesante por la temática, al ser los viajes una de mis pasiones, pero que su extensa alusión a filósofos del pasado y presente han ralentizado mi lectura del mismo, al descuidar tanto (en mi humilde opinión) la descripción más ligera de la experiencia de viajar, quizás mi limitado conocimiento de la materia de la filosofía sea la culpable.