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El protagonista de “Paranoia” es Ilan Treserres, un joven que trabaja por la noche en una gasolinera; que no se ha recuperado de la muerte de sus padres en un accidente de barco y del abandono de su novia Chloé; y al que le gusta mucho jugar a juegos de rol. Un día Chloré reaparece en su vida. le proponer retomar un juego de rol llamado paranoia al que cuando eran novios dedicaron bastante tiempo. Es un juego en el que el ganador se llevará trescientos mil euros y Chloé le propone que se ayuden mutuamente y se repartan el premio si consiguen ganar. Con muchas dudas, Ilan acepta y junto a otros ocho concursantes se encerrarán durante días en un antiguo psiquiátrico aislado en plena montaña, en la frontera con Suiza. Allí tendrán que ir superando pruebas; el que supere todas ganará. El problema es que empiezan a desaparecer concursantes… Y hasta aquí puedo contar. La verdad es que no tengo muy claro cómo enfocar esta reseña pues considero que es mejor leer el libro sin saber casi ni de qué va. Ni del argumento, ni de los personajes, ni de su desarrollo. Sería fácil dejar alguna pista al hablar de él y nada más lejos de mi intención. Así que espero que mi reseña sea lo suficientemente ambigua para no desvelar nada pero lo suficientemente clara como para transmitiros lo mucho que me ha gustado el libro En esta novela, a diferencia de las anteriores, no vamos a encontrar ningún policía o investigador similar que se encargue de averiguar quién o quiénes han cometido determinados crímenes. Aunque hay crímenes y, por supuesto, querremos saber quién, cómo y por qué los ha cometido. Pero no hay investigadores a la manera de mis queridos Lucie y Sharko a los que, ya os he dicho al principio, creí que iba a echar mucho de menos. Sin embargo, a pesar de que me encantan y me gustaría reencontrármelos en posteriores entregas de la serie, no me ha dado tiempo a echarlos de menos. No voy a hablar de los personajes, ni diré si están o no bien o mal desarrollados. Sólo os diré que hay pocos personajes pero todos tienen algo en común: su afición a los juegos de rol y su interés en ganar el que están jugando. Y poco sabremos de ellos pues en eso consiste en cierta forma el juego Las novelas de Franck Thilliez son novelas negras pero, podríamos decir, con un toque científico. En este caso, sin embargo, ese toque científico está mucho menos marcado. Hay alguna referencia a la memoria, sus mecanismos, la forma de actuar externamente sobre ella, pero no hay un análisis tan exhaustivo de la cuestión como en las otras novelas del autor que he leído. En este sentido es una novela más “fácil”. Como siempre, esas cuestiones técnicas o médicas, si bien tratadas con acierto y conocimiento de causa, aparecen en la medida justa para no aburrir al lector que, al fin y al cabo, lo que espera leer es un thriller. El autor introduce en “Paranoia” los juegos de rol. A mi siempre me han dado un poco de yuyu, lo reconozco. Quizás por desconocimiento porque, precisamente, lo único que sé de ellos es alguna noticia que hace años saltó a los medios de comunicación por actividades criminales en torno a ellos. El tema del juego es muy interesante. Es un juego de rol a gran escala y me ha resultado muy curioso ver cómo eligen a los concursantes, cómo éstos se implican en el juego, la forma de llevarlo a cabo, etc… Como siempre con este autor, la novela no da un respiro. Engancha desde la primera hasta la última página, de tal manera que es difícil dejar de leer. En ésta, Thilliez juega mucho con el lector, metiéndole en su propio juego de rol, de tal manera que no sólo los concursantes serán incapaces de discernir qué es real y qué es juego; al lector le pasará exactamente lo mismo. He de reconocer que faltando una cuarta parte para el final se me ocurrió quién podía ser el malo de la historia. ¿y si…? Pero, vamos, que acerté de la misma manera que pude no acertar porque andaba totalmente perdida, teniendo la sensación de que en esta novela todo era posible, cualquier cosa podía pasar. Para hacer más compleja la novela y crear aún más tensión, aunque la historia principal es la de Ilan y el juego de rol, entremezclada con ella hay una trama paralela sobre un hombre que, hace un tiempo, en un refugio de montaña asesinó a ocho personas. Las historias se van alternando y ya veremos si acaban por confluir o no tienen nada que ver Una de las mejores cosas de esta novela es su ambientación. Las descripciones del psiquiátrico abandonado donde transcurre la casi totalidad de la historia nos causarán desazón y claustrofobia. El ambiente es muy oscuro y tétrico,''' opresivo y asfixiante'''. Durante muchos momentos realmente no pasa nada pero no podemos evitar estar en tensión pensando que algo malo pasará de forma inminente. Este tipo de novelas deberían ir con música incluida. Ya sólo le faltarían unas notas de esas que en las novelas de terror preceden al asesino para ponernos los pelos de punta jajaja El ritmo y el interés se mantienen constantes y crecientes. al final, como siempre, no puedes parar de leer. Y, como siempre, también, Thilliez remata bien sus novelas, dándonos un final cerrado y bien cerrado, donde todos los cabos sueltos quedan atados, todas las preguntas respondidas. Y, lo mejor de todo es que, cuando tenemos la explicación final se nos queda cara de “¡pero si era evidente!” Y es que lo bueno de Thilliez es que pueda jugar con el lector pero no hace trampas y va dando pistas a lo largo de la novela; otra cosa es que nuestra imaginación e inteligencia no esté a la altura de la suya. Conclusión final Si no os habéis estrenado aún con este autor, ya estáis tardando. Si os dan pereza las series (por mucho que los casos sean independientes), podríais empezar con esta novela que es diferente a los títulos de la serie Sharko-Hennebelle. Os vais a encontrar una lectura adictiva que os mantendrá en vilo todo lo largo de la historia. Enlace: http://librosquehayqueleer-l.. |
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