No sabía qué esperar de esta novela y ha sido toda una sorpresa, para bien. Los primeros capítulos veremos momentos de la juventud de Carmen, ella tiene miedo, ella no es una chica como las demás y ciertas situaciones o cosas que le toca vivir le bloquean. Además Víctor, amigo de su primo, siempre sale con comentarios o bromas inadecuadas. Pero también veremos la desesperación de su madre por lo que pasa a su hija y a Pablo y María, primo y mejor amiga de Carmen. Daremos un salto en el tiempo para ver a una Carmen que ha terminado su carrera, que va a empezar a trabajar, pero debe alejarse de su familia, amigos y entorno en el que está segura. Todo un reto para ella y sus miedos e inseguridades. Carmen dejó de hablar con Víctor hace años por algo que pasó la última vez que se vieron, lo que no espera es que cuando va a presentarse a su vecino se encuentra con él. Víctor no espera volver a encontrarse con Carmen, la última vez que se vieron se propuso alejarse de ella porque siempre metía la pata, nunca hizo nada adrede y no sabe porque siempre le sale mal todo con ella. Pero ahora, que el destino los ha vuelto a juntar, quiero hacer las cosas bien con Carmen. Carmen tiene miedo, le tocó vivir algo que desde ese día le dejó marcada y desde entonces vive la vida llena de miedo. Es prudente, cuando hace algo lo tiene que pensar mucho. Víctor es policía, es adicto a la adrenalina y no mira los riesgos, ni en el trabajo, ni en los deportes de riesgo que hace. Se reencuentran, se volverán a conocer. Un romance a fuego lento, con sus momentos de miradas, caricias y sonrisas. Para paso a paso ir más allá. Víctor no sabe el problema que tiene Carmen; Carmen no sabe que Víctor es adicto a la adrenalina. El único pero que puedo ponerle es que en cierto momento dos secundarios quitaban el protagonismo a Carmen y Víctor. |