Adiós fantasmas

Poco queda para acabar este 2020 y estoy descubriendo últimamente libros que merecen mucho la pena. Este es otro de ellos, un libro con el que no paras de subrayar frases en cada capítulo.

La autoría italiana nos presenta un libro escrito de forma exquisita en el que nos presenta a Ida, una mujer que regresa a su lugar de nacimiento para ayudar a su madre a deshacerse de objetos para poder poner en venta el piso donde vivió su infancia.

Todo parece muy sencillo hasta que conocemos el pasado de Ida. Cuando tan solo tenía 13 años, su vida quedó marcada por la desaparición de su padre. Una mañana, su padre, tras haber dejado el trabajo y estando sometido a una larga depresión se fue de casa sin despedirse y sin dar ninguna explicación, dejando a su mujer e hija solas ante la vida.
Para la protagonista de la novela, le es duro vaciar de objetos esta casa, muchos de ellos relacionados con su padre, ya que siempre ha mantenido la esperanza de que algún día, su padre volviera a sus vidas. El duelo por la ausencia es tanto más difícil cuando no se trata de una muerte, sino por desaparición, ya siempre se mantendrá en su memoria el saber dónde, cómo anda y si sigue con vida su padre.

A lo largo de la novela, aparecen otros personajes que interactúan con Ida, y comprobamos que todos ellos tienen algún fantasma del pasado que les persigue. La protagonista empatiza con ellos, dándose así cuenta de que no es la única que sufre por el pasado.
Tras dieciséis años sin vivir en esta casa que debe de desalojar, se da cuenta que necesita liberarse del pasado y de las obsesiones que le persiguen, tras recorrer la memoria de la infancia, se siente en multitud de ocasiones culpable de la desaparición repentina de su padre y preguntándose si podría haber hecho más por ayudarle.

En resumen, un libro muy humano, emotivo, con reflexiones que no te dejan indiferente y con un uso del léxico que te atrapa. A pesar de ser un libro con un gran drama en su interior, no me ha resultado tan duro, ya que cuenta cada recuerdo de su pasado, el paso a la madurez y la reconstrucción de su propia vida con gran cariño y de forma que se hace super ameno. He de añadir además, que me encantan las ediciones que publica Libros del Asteroide, donde hay que admirar desde la portada hasta la tipografía usada en sus libros.
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Conforme crecemos todos los momentos vividos y las personas que los protagonizaban acaban en nuestra memoria, en un proceso selectivo donde fantasía y realidad se conjugan y acaban siendo el germen de los fantasmas que nos visitan y/o atormentan.

Bajo el pretexto de una historia cotidiana en la cual Ida, nuestra protagonista, abandona por unos días su vida en Roma para volver a su Mesina natal tras la llamada de su madre para informarla de que iba a reformar el tejado de casa, Nadia Terranova nos narra con gran lirismo cómo estos fantasmas habitan nuestra mente, cómo nos atenemos a ellos y sin quererlo, frenamos nuestro crecimiento personal por el miedo a perder lo que ya perdimos (o nunca perderemos, porque vive en nosotros).

A lo largo de la novela el lector se pone en la mente de Ida y aprende, aprende a tratar estos recuerdos, a interpretarlos, y lo más importante, que todo tiene un tiempo, un lugar, y debemos aceptarlo y dejarlo ir.

El libro es finito, no llega a las 250 páginas pero se me ha hecho muy lento y algo tedioso. Tengo que decir que la pluma de la autora es increíblemente bonita y muy poética. Sin embargo, quizá ha sido eso lo que a mí me ha hecho perder el hilo y que no lo haya disfrutado. Para explicarte una cosa da mil vueltas y a mí eso se me hace pesado.

La trama de la historia en sí, tampoco ha sido nada del otro mundo. La desaparición del padre de la protagonista y el trauma que deja en ella es de lo que habla toda la novela.

No he conectado ni con la protagonista ni con la madre de esta, mucho menos con el marido. Es una novela que en teoría tendría que remover sentimientos, pero a mí, sinceramente, no me ha despertado nada, es más, ¡en muchas ocasiones me daba sueño!

En general no ha sido una novela que haya disfrutado. No la he abandonado porque era corta, pero si hubiera tenido más de 200 páginas, me lo hubiese replanteado.
No es una novela que recomiende, sin embargo he visto reseñas muy positivas. ¡A veces, mis opiniones van en contra de todo el mundo!
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Ida Laquidara, de 36 años, tiene que regresar -muy a su pesar- a Mesina para ayudar a su madre a vaciar la casa en la que creció. Su madre se ha decidido a venderla y, entras las reparaciones que hay que hacer, hay que hacer limpieza y revolver en los recuerdos y pertenencias del pasado… lo que conllevará remover el pasado y reabrir viejas heridas y traumas que convirtieron a la adolescente Ida, de 13 años, en una mujer adulta antes de lo esperado.

El trauma que no ha podido superar, y que perturba en su día a día y revive en sus sueños todas las noches, es su padre que, desapareció abandonando a madre e hija. Encerrada en su dolor y en el resentimiento hacia su madre, la relación entre ellas se hace cada vez más tensa en los días que pasan juntas en el que fue su hogar. Este reencuentro con su madre le hace ver, además, en aquel matrimonio fallido el suyo propio.

Escrito con suma delicadeza, con pasajes de gran lirismo, “Adiós fantasmas” nos sumerge al lector en un limbo de irrealidades -los sueños de Ida con su padre y los días con su madre-, en el que los recuerdos del pasado se anclan al presente. Ahora, Ida tendrá que hacer frente a sus recuerdos y tomar una de las decisiones más complejas: qué parte del pasado conservar y a cuál renunciar para siempre.

Una lectura que cautiva y conmueve por saber profundizar y desvelar los sentimientos de desasosiego de aquellos que han sufrido una pérdida y siguen esperando respuestas.
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Esta es la historia de una ausencia y de cómo ésta ha determinado la vida de la protagonista. Una novela íntima contada de forma exquisita que sin embargo no ha logrado conectar totalmente conmigo. Demasiadas vueltas sobre un mismo tema, a lo largo de sus 222 páginas y sin que yo pueda entender el cambio final, ese Adiós fantasmas después de tanto tiempo.