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Conforme crecemos todos los momentos vividos y las personas que los protagonizaban acaban en nuestra memoria, en un proceso selectivo donde fantasía y realidad se conjugan y acaban siendo el germen de los fantasmas que nos visitan y/o atormentan. Bajo el pretexto de una historia cotidiana en la cual Ida, nuestra protagonista, abandona por unos días su vida en Roma para volver a su Mesina natal tras la llamada de su madre para informarla de que iba a reformar el tejado de casa, Nadia Terranova nos narra con gran lirismo cómo estos fantasmas habitan nuestra mente, cómo nos atenemos a ellos y sin quererlo, frenamos nuestro crecimiento personal por el miedo a perder lo que ya perdimos (o nunca perderemos, porque vive en nosotros). A lo largo de la novela el lector se pone en la mente de Ida y aprende, aprende a tratar estos recuerdos, a interpretarlos, y lo más importante, que todo tiene un tiempo, un lugar, y debemos aceptarlo y dejarlo ir. |
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