Siempre me han atraído mucho los libros coming-of-age, ver cómo los personajes evolucionan psicológica y moralmente, en ambientes o culturas extremas o diferentes a la mía como es el caso de "Todas nuestras maldiciones se cumplieron”, de Tamara Tenenbaum. Con un estilo sencillo, Tamara nos narra una historia cargada de humor, irónica y sarcástica, mezcla de novela, autoficción, memorias y ensayo, que da como resultado una obra personal en la que nos muestra pinceladas de lo que ha sido su familia, el ambiente en el que ha vivido como judía ortodoxa, y su evolución personal, religiosa, laboral, o como trabajadora y mujer. Aunque me ha parecido una historia ágil, entretenida, rápida y de fácil comprensión, debo reconocer que me ha faltado profundizar más en esa parte religiosa-cultural que, en mi caso, es lo que me atraía de este libro. Siempre me pasa lo mismo cuando voy, no quizá con altas expectativas, sino con ideas preconcebidas de lo que será la trama, pero la verdad es que esperaba una narración que profundizara más en este aspecto de su vida, en el día a día de esta comunidad o en el atentado de su padre, algo con más intensidad dramática, que contara más sobre su infancia, su educación… Sin embargo, lo que he encontrado es una historia en la que Tamara nos cuenta su vida en una suerte de diario personal sin una cronología demasiado definida, una historia de cotidianidad, íntima pero no profunda, dando sensación de frialdad aunque no demasiado exagerada, conformada por capítulos mezclados de su vida sin un principio ni un final definidos, y haciendo mención a su pasado en esta comunidad religiosa y su situación familiar tras la muerte de su padre pero, como digo, sin entrar en detalles ni profundizar demasiado. Un libro que se lee muy rápido, en el que se muestra perfectamente la calidad literaria de la autora pero que, como digo, no he sido capaz de disfrutar del todo por esa idea preconcebida en mi mente de lo que iba a encontrar. A pesar de esto, leeré más de la autora porque me ha gustado su forma de contar las cosas, su fluidez y su sentido del humor. + Leer más |
Esta novela narra el tránsito a la madurez de una chica que creció en una comunidad judía ortodoxa hasta que una mañana de invierno, en el barrio porteño de Once, una bomba hizo estallar todas sus certezas. Desde el padre muerto en el atentado en adelante, los hombres en esta novela aparecen en segundo plano, como afantasmados.
Las mujeres, en cambio, poseen la fuerza y la determinación de quienes tienen que salir adelante solas, con las limitaciones impuestas a su género por el medio en que se mueven. Pero la protagonista no está dispuesta a aceptar mandatos que, a medida que crece, se le vuelven cada vez más absurdos. Cree, como su madre, que la única manera de asegurarse de que algo se haga bien es hacerlo ella misma y esa es su única religión.
Tamara Tenenbaum narra una historia personal que es también generacional, atravesada por una tensión latente que moldea todos los vínculos. Mediante un estilo seco, irónico, con ramalazos de humor negro, la autora describe el clima de su infancia y su adolescencia dentro de la ortodoxia, y su ruptura simbólica y real con ese origen en busca de horizontes menos asfixiantes. Esa búsqueda traerá la promesa de la libertad sexual y del amor, pero también el desconcierto, la inadecuación a un mundo que ya no viene diseñado de antemano.