Un pequeño libro rebosante de ternura, imaginación y originalidad en el que los animales se envían cartas unos a otros. Es el viento quien se encarga de hacerlas llegar a su destinatario, ¡y no se equivoca nunca! Una extravagante oda a la correspondencia rescatada para una época en la que ya casi habíamos perdido esa maravillosa sensación de recibir una carta, leerla y sentarse a contestarla. Las pequeñas historias desbordan dulzura, amistad y encanto, escritas de una manera muy asequible para los niños y que resulta por momentos divertida, entrañable e incluso poética. Se trata además de una edición muy cuidada, de tapa dura, encuardenada en tela, con papel de calidad y un montón de ilustraciones a color que acompañan fabulosamente la lectura. |