Cruzados

Otro método de ejecución que les gusta bastante aunque resulta algo más compasivo, es el desmembramiento. Atan las cuatro extremidades del reo a cuatro caballos y estos tiran en direcciones opuestas hasta que parten al desgraciado en cuatro.

A Urbano II no se le escapaban ni los pedos después de comer judías.

Nadie revienta una burbuja de vanidad y mística sin sufrir luego las consecuencias.

¡Yo os ordeno herir, matar y exterminar a todos los enemigos de Dios que encontréis por el camino!

¿ Para qué diablos desearía alguien regresar a sus cadenas tan solo por el placer de romperlas?

El miedo y la amenaza nunca acaban con las dudas.