Si Fantasmas a domicilio resultó divertido, Fantasmas a la parrilla lo supera, ya que el primero es una introducción a lo que va a pasar, un cóctel con varios ingredientes chispeantes. Elliot disfruta del tiempo que pasa con su nueva fantasmal familia mientras sus padres trabajan. Y cuando parece que todo está en calma llega un formidable inspector para comprobar que la casa está correctamente embrujada, así que los fantasmas se tienen que mostrar más fantasmales que nunca. Y por si eso fuera poco la cazafantasmas Ulrika von Paprika, vuelve a terminar el trabajo que no consiguió acabar. ¿Conseguirán nuestros queridos fantasmas ser muy terroríficos y a la vez esconderse de Ulrika? |