Nos encontramos ante un libro ilustrado steampunk para niños de entre 8 y 11 años. Es, por lo tanto, un libro middle grade. Su vocabulario es bastante sencillo, aunque estoy segura de que podrán añadir algunas palabras muy interesantes a su repertorio. En cuanto a la historia, nos situamos en un mundo steampunk donde conviven como iguales persona y animales humanizados (bípedos, que hablan y tienen una vida como la de cualquier otra persona con su trabajo, su familia, etc.). Esto me ha parecido muy guay, pero la verdad es que no se explica si es un mundo inventado, si ambas especies han convivido de esa manera desde siempre o si hubo algo en el pasado que hiciera evolucionar de esa manera a los animales. Pero supongo que eso no importa prácticamente nada para la trama. Nuestro protagonista es Timmy, un gato inventor; y sus tres amigos: Simon, un visón muy presumido, y Jasper y Kasper, dos cerdos gemelos amantes de las matemáticas. Es un grupo que se complementa bastante bien. Todo comienza cuando una banda de primos matones jabalíes les roban su invento y se ven obligados a huir. Timmy encontrará refugio en la antigua juguetería regentada por el fabricante de juguetes Alfred. Este le enseñará los secretos de sus mágicas creaciones forjando así una amistad. Además, harto de los abusos de los matones, el grupo de 4 amigos decidirán formar una banda de justicieros niña para proteger a los ciudadanos de cualquier peligro nocturno, pero esta tarea se verá intensificada cuando descubran que alguien está robando la risa a todos los niños de la ciudad. Pero, esto no es todo, en una de sus patrullas verán caer estrepitosamente un avión y también comenzará una relación de camadería con la piloto. Y aquí viene la mayor pega que le he visto a este libro: los micromachismos. Sigo sin creerme que en pleno siglo XXI se escriban libros (me da igual si son infantiles o adultos) donde solo haya una mujer en todo el libro y casualmente esta sea la dama a la que hay que rescatar y con la que se queda el protagonista. Sinceramente, estos no son los valores que quiero para los niños y niñas del presente ni del futuro. Por contra, reconozco que las ilustraciones de este libro son una auténtica PASADA. La técnica, la gama de colores y las emociones que logran transmitir sus ilustraciones le dan un valor añadido al libro que lo convierte en una obra de arte. En cuanto al final, aunque la trama de este tomo se resuelve del todo, las últimas páginas dejan la puerta abierta a un posible nuevo misterio que, según he visto, continúa en el siguiente libro, La infancia olvidada, y con otra nueva aventura en el tercer tomo, El viaje a Sansoria. En general, es un libro de misterio y aventuras que se lee en un suspiro porque consigue atrapar al lector y aporta enseñanzas como la de proteger y ayudar al prójimo que son muy necesarias en este mundo tan individualista y carente de empatía. Eso sí, he visto algunos errores ortotipográficos y de maquetación que me han sacado un poco de la lectura, aunque no han sido muchos y estoy segura de que al resto de lectores no les molestarán, pero yo estoy en modo escritora analítica y los errores que conozco intento pillarlos al vuelo. + Leer más |