El Hombre Que Calculaba

Esta es una linda obra de arte.
Recuerdo que fue uno de los primeros libros que leí cuando era niño, y lo he releído varias veces en mi vida. A pesar del título No todo se trata de matemáticas, así que no se preocupen. O por lo menos, la magia se halla en el desprendimiento. Beremiz, el protagonista, es inteligente y además es un alma noble. Su inteligencia lo lleva a solucionar los problemas de los otros en forma matemática -que es su habilidad- de manera que todos salen beneficiados (incluso él). Este resultado deviene, muchas veces, de despojarse de la única posesión que posee y al final la recompensa es mayor, cómo en el caso de la división de camellos entre hermanos.
Si le das la oportunidad a este bello libro encontrarás que la bondad siempre nos lleva a la división perfecta, por encima de la simple y la correcta.
Aprendí que muchas veces algo que parece ser cierto debe mirarse detenidamente a la luz de la razón y también del corazón para encontrar no solo la verdad, sino la bondad y la belleza.
Y si te gustan las matemáticas, aunque no seas bueno en ellas (que no es lo mismo, eh) te deleitarse aprendiendo con los cuatro cuatros por medio de operaciones a dar como resultado los números del 1 al 100 por lo menos hasta donde he probado.
En fin, un pequeño manual de liderazgo, de espiritualidad, de buenas maneras de tratar al prójimo y ser amigo y al final quizá descubras que la verdadera religión es el amor.
Recomendado para grandes y chicos.