El pianista del gueto de Varsovia es uno de los pocos libros que me ha puesto la piel de gallina porque sabes que todo lo que estás leyendo ha pasado de verdad. Se me ha hecho corto leyéndolo, me he enganchado desde la primera página y cuando me he querido dar cuenta ya lo había terminado. Mientras iba leyendo, había momentos en que se me encogía el corazón por las brutalidades que iban pasando y, de hecho, incluso he podido sentir el miedo y la tristeza de Szpilman de tan enfrascada que estaba en la lectura. Espero de todo corazón que la humanidad haya aprendido la lección y que este tipo de cosas no vuelvan a suceder, y que el testimonio de Szpilman y de otros supervivientes de estas atrocidades nos ayuden a abrir los ojos. Al final del libro incluye un extracto del diario de Wilm Hosenfeld, el capitán alemán que ayudó al protagonista a esconderse y a alimentarlo. Después de leerlo y teniendo en cuenta su buenas acciones con él, me di cuenta que era buena persona y no como los demás. Como bien dice Szpilman en el libro: "el único ser humano con uniforme alemán que encontré". + Leer más |