Las latitudes del deseo

Pero el miedo triunfa allí donde los deseos no se arriesgan

El término 'enamorarse' es un eufemismo. El romance no es algo tan sencillo como sumergirse en el agua fría una tarde calurosa ni tan instintivo como aprender a caminar. No es un tesoro de superlativos como la poesía sánscrita o la 'dulce aflicción' de la que hablaban los románticos

Cuando Girija Prasad aplica las nuevas y radicales teorías geológicas a las islas, las conclusiones son obvias. La geología de las islas es una historia de conflictos. Las islas Andamán forman parte de una zona de subducción, igual que Indonesia al sureste y Birmania, Nepal, el Himalaya y el Karakoram en el. norte. Aquí es donde la placa índica se hunde bajo la asiática.

-Por favor, no matéis al cocodrilo - rompe el silencio Devi-. No podemos castigar a los seres por actuar de acuerdo con su naturaleza cuando nosotros somos los intrusos.

La vida de una pareja de iguales en las latitudes del anhelo y las longitudes del temor ha sido hasta ahora un fenómeno extraño e indocumentado, como una ballena que diera a luz en la Antártida o el apareamiento de elefantes blancos en el sur de Asia.

La intimidad y la distancia operan como la marea: alta durante el día, con su punto álgido a la hora de las comidas. La luna es una taza de té; los lleva al cénit de su interacción. Las noches son secas. Una tierra sin conquistar separa sus camas.

Shakespeare y los románticos le habían enseñado que a las mujeres les encantaban las rosas o, al menos, que las compararan con ellas.

Tú no eres un ghazal ni un poema ni una canción…Ni tampoco una musa. Te conozco. Tú eres poeta.

- ¿Eres real o eres un sueño? - pregunta-. ¿O es que has encontrado la forma de colarte en mis recuerdos?
- Los sueños solo visitan a los soñadores