Era un imbécil aquel bufón que en un cementerio cubierto de epitafios laudatorios preguntó dónde se sepultaba en aquel país a los pecadores. Los muertos nunca han sido pecadores.
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Era un imbécil aquel bufón que en un cementerio cubierto de epitafios laudatorios preguntó dónde se sepultaba en aquel país a los pecadores. Los muertos nunca han sido pecadores.
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Una mirada se recuerda tanto, y quizá mejor, que una palabra...
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Una de las grandes dificultades que plantea la vida consiste en adivinar qué es lo que quiere una mujer.
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Creo que en cualquier lugar del universo que nos establezcamos, igual nos corrompemos. Es preciso moverse.
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La vida actual está envenenada hasta las raíces. El hombre ha ocupado el lugar de los árboles y los animales, ha envenenado el aire, ha obstaculizado el libre espacio.
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La bondad era la luz que con sus destellos iluminaba durante instantes la oscura alma humana.
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La oscuridad era perfecta y el agua, alta, sombría y tranquila, me parecía perezosamente hinchada.
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El llanto enturbia las culpas de uno y permite acusar, sin objeción posible, al destino.
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Por supuesto que no olvidaba que poco antes había querido matarlo, pero eso no tenía ninguna importancia, porque las cosas que nadie conoce y que no dejan huellas no existen.
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Era necesario ser bueno, bueno, bueno y lo demás no importaba.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises