Un romance prohibido entre dos almas que se reconocen en la soledad y el dolor. A pesar de ser hermanos, Lochan y Maya ocupan el lugar de padres para sus tres hermanos menores Kit, Willa y Tiffin. Aunque tienen 17 y 16 años respectivamente, los protagonistas son todo menos adolescentes: nunca han tenidos citas, nunca han besado a nadie o han tenido novio/a. Sus vidas giran en torno al colegio y a las tareas del hogar: deben alimentar, cuidar, ayudar y vestir a sus hermanos, ya que su madre alcohólica no puede superar el divorcio y la vejez que la consume día a día, borrando la belleza de la que tanto estaba orgullosa, no es más que una niña en el cuerpo de un adulto, el contrario de ellos: dos adultos en los cuerpos de unos adolescentes. Por lo que la atracción que se genera entre ellos es comprensible: siempre han estado juntos, pueden apoyarse el uno en el otro y solo ellos pueden entender su sufrimiento. Sin embargo, al seguir siendo jóvenes, esa relación sobrepasa los limites platónicos para convertirse en algo sexual y explícito. Es tan radical y contradictoria la velocidad de dicha vinculación que no me termino de convencer: en un capitulo gritan por su amor enfermo y en el otro no pueden dejar de tocarse. En un capitulo hablan de ocultarle a todos porque es ilegal y en el otro se besan en la calle o en la cocina con sus hermanos aún en casa... Ahora bien, Maya y Lochan aman a su familia pero a pesar de ello, en vez de hablar con servicios sociales deciden no hacerlo, a sus hermanos le falta buena alimentación, ropa y atención. No tienen una infancia feliz. Y ellos no hacen nada porque no quieren ser separados, lo cual me pareció muy egoísta y cruel siendo que dichos niños tienen entre cuatro, siete a once años. Las peleas y discusiones por estas tensiones llegan incluso a golpes físicos, demostrando nuevamente la incapacidad para cuidarlos. Después de todo ellos mismos siguen siendo adolescentes. Rescato el tema tabú que plantea los límites de lo que una sociedad considera bueno o malo, la visibilidad de los problemas domésticos, los hogares y niños que sufren día a día por la irresponsabilidad de los adultos. Pero no me pareció que hubo una buena perspectiva de los sistemas de educación o de protección a menores pues apenas aparecen y cuando lo hacen, no se dan cuenta de nada. El final me pareció verosímil aunque injusto, debido a los caprichos de Maya ocurren todos los problemas en el libro. Además, el desenlace no soluciona nada, termina como comienza: los niños valiéndose por si mismos sin una madre o adulto responsable a la vista. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |