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Estoy convencida de dos cosas. La primera es que releer no significa perder el tiempo. Esta vez tuve que tomarlo con calma por la cantidad de lecturas simultáneas que llevaba (la primera vez lo leí solo y en dos días) y lo agradezco, porque pude pescar frases y detalles que había pasado por alto u olvidado. La segunda es que En llamas es una patada a la regla que reza “las continuaciones siempre son malas”. Simple. Ya se sabe que ahora Katniss y Peeta tienen que lidiar con su vida como vencedores. Suena repetitivo que lo cuente. Lo extraordinario está en la coherencia entre el juego y el premio: nadie puede sacar nada bueno de una competencia en donde se aniquilan seres humanos. Tener la comida asegurada y una casa digna conlleva un precio. Y nadie puede sacar nada bueno si, para colmo, se convierte en enemigo del Capitolio. Eso es exactamente lo que le pasa a Katniss en este libro y lo que va a dar pie a una sucesión de amenazas, rebeliones, sensaciones paranoicas y, sobre todo, mucha desconfianza. Podría tomarme el libro con menos seriedad y no hablar sobre esto, pero como no es mi caso, lo voy a hacer. Me gusta el efecto que produce el tiempo presente: cuando Katniss dice “me sumerjo en el agua”, parece que hay un arrastre de la acción, como si uno la acompañara en todo lo que piensa y hace. El estilo de la escritura no es complicado, aunque eso no significa que esté mal escrito (podría poner ejemplos de libros mal escritos, pero temo que el presidente Snow lea esto) ¿Se puede pedir que sea más elaborado? Supongo que sí. Y eso sería un problema, porque habría que cambiar la perspectiva de Katniss por la de Peeta. El triángulo amoroso no me importa. No prefiero ni a Peeta ni a Gale porque no pude conectarme con ninguno de ellos. Es más, creo que Finnick me cae mejor. Y la saga toca temas demasiado delicados y crueles como para detenerme en las vacilaciones de Katniss. Por suerte, son pocas. Katniss es una heroína a la que se la puede acusar de muchas cosas (de egoísta, de fría, de no comprometerse con la causa), menos de inmadura. No tiene tiempo para pasarse la vida girando alrededor de dos muchachos y me encanta que sea así. Sentí que en este libro había menos Vasallaje de los Veinticinco de lo que esperaba hasta que interpreté que no podía ser de otra manera. El final es abrupto y no da respiro. La sensación de que todo está terminando rápido es bastante buena si sólo se mantiene por un libro. Y ya casi, casi me estoy refiriendo a Sinsajo. En conclusión, este me pareció el mejor libro de la saga. No recuerdo que el primero (también lo voy a releer) me causara las mismas sensaciones que este, a pesar de que todo era nuevo. En llamas lleva la supervivencia a otro nivel porque ya no se trata de ganar un juego retorcido, sino de escapar de la represión del Capitolio y de cargar con las esperanzas de Panem en el trayecto. Como ya dije anteriormente, Katniss está muy ocupada. |
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