Operación Mantra

Cuando tengo ciertas dudas acerca de un autor/a acudo a algún texto breve para ver qué tal.
A menudo me ocurre que me quedo igual.
Este es el caso.

Breve relato policial salpicado de un humor que ni me va ni me viene y que me deja sabor a nada.

Un envenenamiento en un centro de yoga resuelto de aquella manera y la sensación o, más bien la esperanza, de que Susana Martín Gijón puede hacerlo muchísimo mejor.

El cuento está más centrado en las desavenencias de los dos inspectores que en la propia investigación.
Tampoco es que de tiempo para mucho más.

Él, reúne todos los clichés del veterano obsoleto alejado de las nuevas tecnologías.
Ella, todo lo contrario, disfruta poniendo en evidencia a su "superior"

Y poco más. Tan breve que cuando empiezas ya casi has terminado y te queda una pregunta que en otras circunstancias sería terrible:

¿Cómo que ya está?

Con suerte, habré ido a parar a su peor relato, pero lo cierto es que muchas ganas de seguir leyéndola no me quedan.

Al menos, el tiempo invertido no me deja un gran saldo deudor.

En cuanto a nosotros, Susana, mejor lo dejamos en manos del destino.

"Ni chicha ni limoná!