Especie

Vuelve la inspectora Camino Vargas, la misma que nos atrapó en una lectura endiablada y sobresaliente con Progenie, aquel caso que tenía lugar en Sevilla en plena ola de calor, y lo hace como no puede ser de otra manera para subir el listón con una nueva entrega en la que no faltará ningún ingrediente para devorar casi quinientas páginas llenas de intriga, de denuncia social y con esa pizca de humor con la que Susana siempre borda sus novelas.

Especie llega con una trama bien elaborada que aborda, desde el género negro, un tema de actualidad como es el maltrato animal, con un enfoque de denuncia social que hará que sin querer nos cuestionemos muchas cosas mientras vamos descubriendo como durante una semana un asesino pondrá patas arriba una Sevilla que sigue sufriendo los rigores del calor y que pondrá a prueba una vez más al equipo que acompaña a la inspectora Camino Vargas que sigue al frente, a su pesar, del departamento de homicidios.

No escatima Susana en detalles, por escabrosos o incómodos que sean, para describir el horror que se genera en algunas situaciones, haciendo que por momentos seamos algo más que lectores alejados de los hechos. Y Camino Vargas se ha propuesto que nadie siga dejando cadáveres mutilados en lugares del centro histórico de Sevilla. Para ello tendrá que lidiar nuevamente con sus superiores, con algunos miembros de su variopinto equipo y hasta con una recién llegada a su departamento que en principio no cae bien, algo que generará situaciones bastante incómodas.

En este caso estarán más presentes las relaciones personales, tanto de la propia inspectora con Paco Arenas como de los miembros de su equipo. Ello conlleva un acercamiento más profundo al carácter de los personajes y que entendamos mejor la tensión o los conflictos que pueden generarse en el transcurso de la investigación. Camino sigue siendo esa mujer impulsiva y decidida, a la que nadie dice como hacer las cosas, que piensa en voz alta lo que le viene a la cabeza, con los problemas que a veces ello le acarrea, pero que no dudará en poner todo cuanto esté en su mano para resolver los casos.

Como es habitual los capítulos son cortos, dando así un ritmo rápido a la trama, que se va tornando cada vez más negra. La voz en esta historia será la de un narrador omnisciente que alternará según el personaje, incluido un capítulo con uno “muy especial”. Los giros de la trama harán que no dejemos de asombrarnos con la capacidad de Susana para llevarnos hacia donde ella quiere y que no nos adelantemos hasta llegar a un final casi de infarto.

Progenie llega para corroborar que estamos ante una escritora que se mueve en el género negro con una soltura aplastante, que lo regenera con cada caso y que hace que los lectores disfrutemos con una prosa que reúne calidad, agilidad y entretenimiento, salpicada con algo de humor y dosis de denuncia social siempre de actualidad. Si te gustó Progenie seguro que Especie no te defraudará.
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