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Conocí a la autora con Nota que estoy aquí, libro que descubrí cuando estuvo gratis en Amazon, y he terminado leyendo todas las obras de Anyta según salen a la venta, y sigo enganchada y encantada. En esta ocasión nos ofrece una historia con personajes algo mayores de lo habitual, con responsabilidades importantes y otro tipo de problemas. La novela está ambientada en Wellington, Nueva Zelanda, en la época actual. Y tal y como es habitual en la autora, nos narra como trama principal el romance entre dos chicos. La narración es en primera persona con las voces de Sam, Luke y Jeremy, así que conocemos, de primera mano, los pensamientos de los tres protagonistas. Aunque la historia no es tan loca como lo son las de la serie signos de amor, sigue siendo muy divertida. Las preocupaciones de la pareja son más adultas, pero sigue presente la ternura e ingeniudad habituales en sus libros. Luke tiene treinta y seis años, es vecino de Sam y es gay, pero no ha salido aún del armario. Se anima a contarlo a su familia tras pasar una temporada con ellos, pero no lo sabe nadie más, y menos aún el hombre del que Luke está enamorado en secreto. Me ha gustado el personaje, es cabal, maduro y buena persona. A Sam le faltan dos semanas para para cumplir treinta años y es un poco desastre. Cuando tenía que estar disfrutando de la adolescencia lo que hacía era cambiar pañales, y es que se convirtió en padre el mismo día que cumplió los quince años. Cambió el instituto por el cuidado de su hijo y trabajos precarios. Él y la madre del niño nunca fueron pareja, así que Jeremy vive una semana en cada casa, y a todos les va bien el sistema. La proximidad de su cumpleaños lo ha vuelto un poco loco, y quiere hacer un montón de cosas divertidas antes de ese día, y su vecino se presenta voluntario para ayudarlo. Sam es buena gente y un personaje muy divertido. Jeremy es el hijo de Sam y Carole, en dos semanas cumple quince años y está muy contento con su vida. Sus padres insisten mucho en el sexo seguro y el muchacho solo quiere que lo dejen tranquilo, así que trama un alocado plan para poder verse con su novia sin tener a los mayores encima. Aunque viven en casas distintas los tres forman, sin saberlo, una familia. Jeremy y Sam son parte de la familia de Luke tanto como él de la de ellos. El romance resulta creíble y va muy poco a poco. Ya hace siete años que son amigos y aún tardarán un poco en descubrir los sentimientos del otro. La historia es muy bonita e integra muy bien toda la parte familiar con el hijo de Sam. Carole es importante en la vida de su hijo. Su miedo a que el chico repita sus errores da pie a situaciones divertidas. Hay varios secundarios interesantes, con sus propias historias, que imagino tendrán libro. Los amigos de Jeremy son muy divertidos. Me ha gustado un montón la novela. Trata temas serios entremezclados con muchos toques de humor. El tema de los números tiene su importancia, y os daréis cuenta enseguida al leerla. Anyta nos ofrece una novela romántica dulce, tierna y entretenida. Engancha desde la primera página y te metes totalmente en la piel de los personajes. La traducción de Virginia como siempre, perfecta. Estoy deseando que llegue agosto para leer la historia de Jack. Sé que no os he hablado de él, pero os caerá bien cuando lo conozcáis. |
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