—Pero por tu seguridad, quizá no deberías correr hacia tipos armados con cuchillos. Ya sabes, en el futuro. —Torció las comisuras intentando no sonreír. Me encontré devolviéndole la sonrisa. —Perdona, ¿me estás insultando después de haberte salvado el culo? Se rió, y la calidez de ese sonido me invadió por completo. —Solo digo que debería evitar correr hacia objetos afilados y tipo peligrosos. —Como tú —dije. Me salió sin querer—. No quería decir eso. |