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Éste no es un libro para cerebros de los que están fijos al cráneo, es para cerebros de los que bailan la polka y van a golpes de parietal a parietal. Si dejas el seso pegadico al hueso se entra a este desborde literario y en gran acojone se piensa: ¿soy imbécil, sueño, me está tomado el pelo el Ronald o cabalgo desfrenada en plan John Wayne empeyotado? Pongámonos serios en beneficio de recomendar este título: El estilo de Ronald Sukenick es absolutamente original en el sentido verdadero y no manido del término, desafío a que encontréis algo así por ahí. Me lo dijo mi padre que me precedió en la lectura de Vacas: “No has leído a nadie que escriba así. del contenido no digo nada para no condicionarte”. Juajuajua. Ahora tengo mucha curiosidad por saber qué me iba a decir. A veces me apetecía poder leer el libro de derecha a izquierda porque este tipo , especialmente al principio, escribe como si a Beckett le hubiera dado por soltar cada frase de sus obras y después poner un guioncico y el nombre del personaje que lo dice. Para hacerlo sencillito. Un cachondo el Ronald. Gemelas follarinas o follarina no gemela pero de personalidad múltiple, ex agentes de la CIA, vacas muertas, escrotos seccionados (ya perdonaréis si estáis comiendo), falos tiesos por doquier, ¿abducciones?, plutonio en cantidades ingentes, desierto y nieve, rubias en barra, académicos de medio pelo, granjeros, tiparracos que devoran hígado crudo, traumas a kilos, voces, cabras, trafico de pellejo humano, referencias a E.A Poe, una pitonisa Lola que te habla desde el más allá en plan mosca cojonera….una risas ¿sabéis?, pero risas raras ¿eh? Los que busquen evidencias no las encontrarán aquí. No sé si me reí más leyéndolo o al terminarlo de la cara que se me quedó. Pionero del posmodernismo es Ronald. Sin duda un pionero es lo que es. + Leer más |