El libro me ha sorprendido en muchos sentidos. La primera sorpresa ha sido encontrarme con una portada preciosa y súper colorida y un interior en blanco y negro. La verdad que lo primero que he pensado ha sido y porqué? Pero al terminar el libro he entendido que en color no hubiera sido ese verano que nos explica la historia. También me ha sorprendido tan poco diálogo y lo poco que he hechado en falta las palabras. Desde luego que está muy claramente explicado todo a través de la ilustración. Me ha gustado la forma en que está trazado el dibujo, muy acorde con la época a la que nos traslada la historia y esas viñetas entrelazadas entre sí me han parecido fascinantes. Hay dibujos muy impresionantes y que te trasladan al lugar en cuestión. La historia trata de dos hermanos que pasan sus últimos días de veraneo en el pueblo con los abuelos y nos enseña anécdotas que les suceden y con los que me he sentido súper identificada. Me ha encantado darme cuenta de cómo los ancianos del pueblo observan en silencio a los ruidosos niños, seguro que con una mezcla de irritación y añoranza. Cómo los niños temen el enfado de la abuela tras haberla liado muy parda al hacer los recados que les mandan. Esas conversaciones de abuelos en los que se recriminan y amenazan mutuamente por ver quien tiene la razón. Esas expediciones a lugares fantásticos gracias a la imaginación. Esas pocas ganas de volver a casa y retomar todo de nuevo y esos acontecimientos que yo creo que casi todo niño de los años noventa para abajo los ha vivido en carnes... La verdad es que me ha transportado a veranos con los abuelos y tíos en Turégano, dónde he vivido prácticamente las mismas situaciones que los protagonistas del libro, y me he reído lo indecible con esas coincidencias. Desde luego ha sido un libro que me ha encantado y que me ha devuelto a la memoria esos momentos vividos y que hace que sienta uno cierta nostalgia, tanto por ser tiempos que no volverán, con personas que no volverán, como por darme cuenta de que esos veranos tuvieron su tiempo o época y que realmente ya no se van a repetir porque en la actualidad se considerarían un despropósito, una aberración o incluso me atrevería a decir que un maltrato. Sinceramente hecho la vista atrás y creo que aquellos tiempos nos enseñaron y nos dieron mucho más de lo que darán estos tiempos, ni los venideros! Una lástima pero una realidad y hasta me atrevería a decir que, el que no vivió un verano como el de este libro, no tuvo infancia. |