La viuda

La viuda es una de las más de 60 novelas publicadas por esta prolífica autora que lleva desde 1974 sacando hasta incluso cuatro novelas en un mismo año. Con tal cantidad de libros es fácil imaginar que sus historias no serán muy elaboradas ni complejas, aunque esto no significa que no estén bien, no entretengan y no te hagan disfrutar de unas pocas horas de relaxing. A mí, ésta me ha durado una tarde de domingo, amena tarde sin duda, y mientras la leía me iba pareciendo una pequeña novela con más carácter de peliculilla de serie B que de novela romántica, a la que se suma una relación amorosa entre dos personajes con cierta intriga hasta prácticamente el final de la historia, que curiosamente es lo que le añade más interés.

La protagonista es Charlie, la mujer del artista recién fallecido en extrañas circunstancias, que vuelve desde Nueva York para poner en orden la herencia que puede haberle dejado su marido, a pesar de que su deseo sería no hacerlo ya que no es fácil volver al lugar del que huyó. Por otro lado lo tenemos a él, un periodista venido a menos que busca conseguir la historia que le catapulte de nuevo y le haga ganar dinero. A partir de ahí, vamos conociendo a las mujeres de la vida de Mr. Pompasse y lo que rodeó su vida y su muerte.

Mira que soy facilona con las parejas en una novela y pocas cosas necesito para que me las crea y me gusten, pero esta pareja me parece que comienza demasiado encorsetada y previsible. Es cierto que son amenos, entretenidos, a veces incluso divertidos, pero su manera de actuar en algunos momentos me desconcierta porque dicen (piensan) unas cosas y hacen otras, y es curioso que no sean sinceros ni con nosotros, los lectores. En una línea Maguire te dice que va a hacer tal cosa y en la siguiente, así de pronto, decide llevar a la cama a Charlie para doblegarla... y yo no hacía más que preguntarme por qué.

Detalles aparte, la novela (o novelilla) no ha estado mal. La empiezas y la terminas de una vez, lo que se agradece. Es muy fácil de seguir y de visualizar, los personajes están bien construidos, son diferentes, extremos en algunos puntos, pero todo ello sin tener un texto personal e intimista, quizá todo lo contrario. Es verdad que no es una historia de esas que dejan huella pero no siempre necesitamos algo así; y también es verdad que podría haber sido mejor, haber profundizado más en el pasado de ambos, en lo que les define, en lo que hace que tomen ciertas decisiones, en ese artista que podría ser increíble como creativo pero que dejaba mucho que desear como persona. Ah, y la madre de ella podría haber dado algo más de juego. Lo bueno es que la novela no pretende ser algo que no es y da la sensación de que se encuentra muy bien así.

Para mí, la parte final es la que mejores momentos nos trae, y eso se agradece, pero más centrada en resolver la intriga que en el romance, que no tiene mucha complicación y no tanta pasión como promete, algo que me ha llamado la atención, ya que me esperaba más amor.


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