Todo es posible

Cuando leemos, los libros nos transmiten sensaciones más allá de aquello que cuentan, sensaciones que no siempre son fáciles de aislar, de ponerles nombre o de identificar sus causas. Es esa atmósfera que se levanta alrededor del relato y que nos envuelve, para bien o para mal, siendo la raíz de gran parte del placer o insatisfacción que sentimos con él. En esta novela, construida a la manera de aquella, para mí maravillosa, “Olive Kitteridge”, en la que diversas historias independientes compartían escenario y personajes, he sentido ambas cosas. Lamentablemente el contagio de sensaciones siempre funciona en la misma dirección, las malas contagian a las buenas, y esta no iba a ser una excepción.

Si hubiera que señalar un leitmotiv a muchos de estos cuentos este sería las muchas formas en la que los padres son capaces de joderles la vida a sus hijos, de marcarles de forma irremediable y fatal para el resto de sus días. Por mucho que nos empeñemos y aunque no carezcamos de cierta influencia —somos transmisores de genes y valores además de ejemplos inconscientes de como relacionarse con el mundo—, la felicidad de nuestros hijos no es responsabilidad nuestra. Por el contrario, sí podemos ser protagonistas absolutos de su infelicidad.

No solo de este leitmotiv vive el libro, aunque siempre nos las veremos con personas magulladas buscando una escapatoria que rara vez llega. Hay quienes sufrieron una gran pérdida o una guerra de la que nunca se vuelve como se fue o arrastran las consecuencias de malas decisiones del pasado. No hay tregua en estos nueve cuentos, todo es tragedia, sin apenas contrapuntos. Quizás el único pudiera ser el relato que más me ha gustado, el que más me ha recordado el estilo de “Olive Kitteridge”, el que lleva por título "El hostal de Dottie". Igualmente puedo destacar "Cegados por la nieve", que comparte personaje con el anterior, y “Molinos de viento” o "Misisipi Mary".

Ya ven que no son pocos los cuentos que me han gustado. Sin embargo, la sensación final es de cierta artificiosidad. Mi desencuentro con el libro, y recuerden que es una sensación y, por tanto, altamente subjetiva, viene de algunos cuentos en los que he percibido un esfuerzo excesivo por buscar el efectismo, el detalle truculento, el conflicto sexual (casi cada relato tiene el suyo). Incluso hay uno que reúne todo ello, “Rota”, el relato más débil del libro. Pero hay más ejemplos, como “Hermana”, un cuento que me ha parecido falto de autenticidad, de verdad, lo cual es triplemente molesto cuando el desarrollo del mismo es altamente dramático. Resulta curioso que sea el relato en el que se encuentra esta frase, justo mi punto de conflicto.

“Un escritor solo debería escribir lo que es cierto.”

Antes de comenzar quiero agradecer al equipo de Babelio quienes me enviaron un ejemplar de este libro a través de la iniciativa Masa Crítica Colombia. de igual manera agradezco a Duomo Ediciones.

"Recuerdos de soledad y condescendencia, sutiles y poderosos sentimientos; y el siempre creciente abismo entre el desear y el tener. Una novela sobre el eterno sueño de ser comprendidos" esta frase encierra perfectamente la esencia de este compendio de historias. La autora nos presenta distintas historias donde cada personaje expresa sus sentimientos mas íntimos, amores, odios, infidelidades, culpas y remordimientos.

De estas historias no esperen grandes intrigas ni tramas complejas. El desarrollo es lento y sosegado. la autora va añadiendo detalles con un aire de intimidad que hace que el lector se sienta identificado con la situación por la que atraviesa cada persona. Eso es precisamente esto lo que hace de ella una autora diferente, su manera de llevar al lector a imaginar las situaciones más allá de lo que escribe.

Creo que reseñar el libro correctamente implicaría hablar de cada una de las historias de manera individual. Personalmente las que más me gustaron fueron: La señal, La teoría del pulgar magullado, Rota y El Regalo. Cuatro historias que me impactaron

Hace un año os presentamos la novela Me llamo Lucy Barton de la autora Elizabeth Strout y caímos rendidos a su prosa, a su sentimiento y a su sensibilidad.

Una novela llena de tristeza, amor, lazos irrompibles, amor incondicional, esperanza, dudas, dolor, pena, ternura y un largo etcétera de emociones contradictorias que se encuentran en un vaivén sentimental que nos enganchó de una manera fina y sublime y que nos hizo preguntarnos si el amor lo puede perdonar todo.

Para todos los que nos hicimos incondicionales de las letras magnificas y dulces de Elizabeth Strout estamos de enhorabuena ya que tenemos entre manos Todo es posible, su última novela que viene con la intención de volver a acariciarnos el alma a la vez que a mostrarnos la sensibilidad humana, su fragilidad y a la vez su grandeza.

En esta novela acompañaremos a una protagonista cambiada, evolucionada y algo distinta pero con ese “no sé qué” que la hace tan carismática.

Es una novela en que se reencontrará con sus raíces en el medio oeste americano en un clima muy tranquilo y apacible lleno de personajes para descubrir y conocer.

Una novelista desencadenará los retales del pueblo contando las historias entretejidas de sus habitantes. Su dicha y su desdicha serán los verdaderos protagonistas.

En cada momento del libro conoceremos a un personaje atrapado entre el deber y el querer. Tremenda disyuntiva. ¿Es mejor hacer lo que se espera de uno o lo que a uno le hace ser feliz? Cada personaje responderá a su encrucijada vital de una manera diferente y particular para formar un abanico que nos enseña cuál es la naturaleza humana de una manera simple, directa y muy natural.

Todos tiene en común este factor traicionero que ha llegado a arruinar más de un sueño pero poco puede hacer más nuestra nueva amiga que contarnos estas historias y valor como los sueños a veces tienen un precio muy elevado.

Recordad que los milagros ocurren cada día si tenemos la fuerza de soñarlos, llegan y transforman lo deseado si aprendemos a ser fuertes. Quizás aprendemos con esta novela como puede llegar el viento a nuestras vidas y se lleva las tormentas que ocultaban el cielo azul tras las nubes.

Llena de emociones pero sin perder la objetividad y con un sentimentalismo a flor de piel la autora nos regala otra obra para enamorarnos de su prosa mágica que nos mantiene en vela y de sus personajes en los que nos podemos ver reflejados y a la vez analizar y criticar la condición humana.

Ella ama las letras y se nota, ¿Será su protagonista una mezcla entre ella misma y su amada Lucy?

Gracias a Duomo Ediciones os invitamos a que lo descubráis vosotros mismos y que os empapéis de cada página. Hay sorpresas en cada rincón y emociones que se contradicen constantemente.

No os lo perdáis, es una obra maestra y además os avisamos que la editorial tiene ya un futuro para Elizabeth Strout publicando su obra “Olive Kitteridge” en que una mujer de Maine nos emocionará.

¿A qué esperáis para ir al reencuentro con esta gran autora?
Enlace: http://lapetitallibreria.blo..

La frase que resume a la perfección la novela es la que nos encontramos en la portada: "Un retrato único y compasivo de las debilidades y pasiones humanas". Porque, sí, es justo con eso con lo que nos encontramos en Todo es posible. Es sin duda una novela de pasiones pero sobre todo de debilidades, de apariencias y de sentimientos.

En ella hay amores no correspondidos, hombres traumatizados por la guerra, infidelidades, traumas infantiles, perversiones y muchos, muchísimos secretos. Porque ¿no creéis que sería así de verdad si conocieseis las vidas, pensamientos y sentimientos de vuestros vecinos del barrio o del pueblo? Toda una serie de vidas entrelazadas entre sí, con secretos que ocultar o incluso que olvidar. Personas traumatizadas, personas con pasiones inconfesables, tristes pasados que prefieren olvidar o sueños de futuro que saben que nunca se cumplirán. Pero todo es posible, también hay personas que se sobreponen a los traumas y siguen adelante, que a pesar de su infancia son buenas personas y tienen una buena vida. Hay hermanos que a pesar de las rencillas se ayudan y descubren que realmente no han salido tan mal después de todo. Personas que tras un mal matrimonio, quizá en la madurez, encuentran el verdadero amor y se reconcilian con sus hijos...

Si os gustó Me llamo Lucy Barton estoy segura que esta novela también os gustará. A mi me gustó, así que Todo es posible me ha causado la misma impresión: novela intimista y con mucho sentimiento, escrita con lenguaje y expresiones sencillas muy a la forma de "como se piensa de verdad". Una novela que te hace pensar.

Lucy es hoy día una escritora consagrada afincada en Nueva York. Lejos quedan su Amgash natal y la terrible infancia que tuvo que vivir. Con motivo de la publicación de su nuevo libro volverá después de muchos años a la tierra que la vio nacer. Pero no es esta una novela sobre Lucy Burton. Ella solo será el nexo de unión que utiliza la autora para desplegar ante nosotros un total de nueve historias sobre algunos habitantes de Amgash, que de una manera más o menos cercana tuvieron relación con ella en el pasado: vecinos, compañeros de clase… Cuarenta y cinco años después la noticia televisiva de la nueva novela de Lucy les hará echar la vista atrás para recordar cómo fue su trato con ella. No todas me han convencido de igual manera. Algunas diría que son absolutamente prescindibles; otras me han resultado especialmente conmovedoras. La que más, La Señal en la que conocemos a Tommy Guptil, una persona cuya filosofía de vida me ha parecido tan ejemplar como digna de mención.

Será un narrador omnisciente el que nos vaya conduciendo por cada historia. Nos trasladamos de nuevo al estado de Illinois, concretamente a Amgash para conocer del presente y el pasado de Tommy Guptil, un octogenario que me ha ganado por completo. Tommy, que tuvo una vaquería en un pueblo vecino a Amgash y llevaba una vida más o menos acomodada, vio como, de la noche a la mañana, un incendio arrasaba con su vida tal y como la había conocido. Tuvo que comenzar de nuevo, aceptar un empleo como conserje en el colegio en el que estudiaba Lucy y nos contará la dura vida que llevaba aquella tímida niña, que se quedaba en el colegio tras las clases para poder guarecerse del frío. Pese a su desdicha, su relato derrocha optimismo y se convierte en un personaje realmente entrañable. No sólo en el pasado se preocupaba de los Burton sino que hoy día pasa regularmente por la casa de la familia para saber si Pete, el único hermano de Lucy que aún vive en el domicilio familiar, necesita algo.
Me ha gustado mucho volver a encontrarme con la prosa de Strout, con esa forma tan personal de contar historias: sin dramatismos pero sin sutilezas. Conocer del reencuentro de Lucy con sus hermanos en medio de ese realismo que se aleja de ideales, de los esfuerzos de Pete por adecentar la casa para Lucy. Impregnarme de ese ambiente que se vive en un pueblo de interior donde la vida parece estancada, cruzarme con gente sencilla, que no siempre lleva una vida fácil. A través de ellos Srout trata temas como: la pobreza extrema, los malos tratos, el perdón, la enfermedad, la soledad, la necesidad de amor, la exclusión social…

Todo es posible es más Lucy Burton, más de cuantos la conocieron. Un canto a la vida y al optimismo, un rayo de luz en la oscuridad que nos recuerda que por muy adversas que sean las circunstancias la vida siempre se abre camino.
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