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El fruto prohibido es una novela gráfica que nos cuenta la historia de la vulva. Habla de esos hombres que han estado demasiado interesados en investigar sobre nuestros cuerpos, creando falsas realidades y ejerciendo violencias. La vulva antes de la expansión y consolidación del patriarcado era considerada un elemento sagrado y espiritual. Liv Strömquist hace un recorrido por todo aquello que ha ayudado a su ocultación y a la creación de tabús con los que todavía convivimos. La autora también habla de la intersexualidad, del orgasmo femenino, del clítoris, de la menstruación y del canon estético que afecta a cientos de mujeres al hacerles creer que sus vulvas no son normales. La industria se aprovecha y saca al mercado operaciones para reducir el tamaño de los labios internos, alimentando la mentira de que nuestras vulvas deben seguir una estética determinada. Un artista plástico llamado Jamie McCartey realizó moldes a 400 mujeres para representar la diversidad de nuestros genitales, entre 400 moldes no hay dos vulvas iguales.
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