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Esta ha sido una lectura muy interesante sobre el mar. El argumento gira entorno al agua, y, aunque el protagonista junto con su mejor amigo quiere dar caza a uno de los más feroces tiburones que pueblan las aguas de Noruega, en realidad el libro es un canto a la naturaleza. al principio no lo veía tan claro, por todo este asunto de la caza de animales libres, pero es cierto que a lo largo de toda la lectura se nota el amor del autor por la fauna y flora de su país. El libro se divide en cuatro partes, y cada cual es una estación del año. A través de estas partes uno puede hacerse una idea de los cambios sufridos en el mar, la costa y el interior noruegos. Las descripciones de cada estación son muy completas, dando la sensación de viajar directamente a Noruega a través de su lectura. Pero no solo el autor habla del mar, también trata otros temas, ya que cuando se encuentra en alta mar filosofea. Por ejemplo, piensa en cómo va cambiando la sociedad y nuestra manera de ver las cosas, en las relaciones entre amigos, o en ecología y medioambiente. Lo que me ha fascinado ha sido la cantidad de libros sobre el mar que el autor ha leído y que nombra durante todo el libro. Aquí pongo alguno, por no citar todos: ‘Carta Marina', de Olaf Månsson, 1555; ‘Historia de las gentes septentrionales', del mismo autor; ‘Recuerdos del pasado al norte del Círculo Polar', Povl Simonsen; ‘Los espantos de los hielos y de las tinieblas', de Christoph Ransmayr o ‘La isla del Tesoro', de Robert Louis Stevenson. Este último era uno de mis favoritos de pequeña, y por este motivo me animé a leer este libro. Además, en él podemos leer acerca de la familia de Stevenson, muy relacionada con el mar. Un libro altamente recomendable, para todo aquel que le gusten los libros que narran aventuras y para cualquier amante de la naturaleza. |
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