La expedición al baobab

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Leer a Wilma Stockenstöm ha sido una experiencia indescriptible. al principio me costó entrar en la lectura y conectar, lo reconozco, pero una vez conseguido ha sido una lectura muy especial. Sin ninguna duda esa es la palabra que mejor describe este libro, ESPECIAL. Una lectura difícil y dura para leer lentamente ya que tiene un ritmo muy pausado. Una lectura para leer poco a poco, dejando reposar cada pasaje. Entrar pidiendo permiso para adentrarse en la cruda historia que se va a leer, descubrir y sentir.
Ese ritmo pausado ha sido un pro pero también un contra, no lo voy a negar. En ciertos momentos se puede tener la percepción de que es demasiado denso a pesar de las pocas páginas que tiene. Tal vez el estilo tan poético y metafórico de la autora hace que esa lentitud sea aún más notable. Tal vez, pero al final, en su conjunto, eso me ha parecido lo de menos. También es necesario encontrarse con lecturas que te hacen detenerte, disfrutar de cada fragmento y tomarte con más calma el momento.

Leer a Wilma Stockenström ha sido una experiencia indescriptible. Los pasajes atraviesan las páginas, te empapan y te hacen presa. Sientes todo lo que la narradora describe como si lo estuvieras viviendo. Sus pensamientos se mezclan con los propios. Esa narradora que hace un recorrido por su vida marcada por la esclavitud. Yendo y viniendo. Mezclando presente y pasado. Un recorrido por su vida que le sirve para hacer una crítica social, para reflexionar sobre la figura de la mujer y para recalcar la importancia de la naturaleza.
Me ha fascinado la capacidad de la narradora para buscar luz entre tanta oscuridad. Su vida ha sido muy cruda y no la adorna pero sí se centra en los "buenos momentos", o en los que ella considera mejores, y en los pequeños detalles que le hacen sentir feliz y sentirse afortunada a pesar de la dura realidad. Es algo que se va percibiendo a lo largo de todo el libro y que deja una gran enseñanza.
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