Robada

Alex y su hija Lottie de tres años vuelan a Florida para la boda de su mejor amigo Marc con Sian. Durante las celebraciones posteriores a la boda, Lottie desaparece y lo que sucede es una búsqueda mundial de dos años para encontrar a su hija con Alex sin perder la esperanza. La historia es contada por Alex y el periodista Quinn, quien se obsesiona con la desaparición de la pegueña.

Alex sabe que no es una madre perfecta, pero ama a su hija y eso no está en duda. Lottie es una niña bonita, pero nada fácil, de lo que da testimonio parte del excelente diálogo entre madre e hija. Esta es una novela bien escrita, con capítulos cortos y contundentes. El ritmo de gran parte del libro es rápido y hay buenos giros y pistas falsas para mantenerte constantemente cuestionando todo y reflexionando. La interpretación de Alex es muy buena, su pánico, terror, miedo, y culpabilidad con sospecha añadida de las autoridades y otros está bien hecha. Quinn también es un gran personaje, una personalidad realmente más grande con una historia de fondo excelente. Su importancia en la narración es una buena decisión de la autora, ya que permite la inclusión de otras historias de niños desaparecidos que se pasan por alto y pasan a un segundo plano frente a las que reciben el foco, generalmente niñas blancas bonitas como Lottie. Me gusta la posición de Alex, una abogada de derechos humanos que lucha contra esos juicios y las medidas que toma en consecuencia. Hay una buena cantidad de tensión impresionante.En general, hasta el final te tiene en suspenso