The Raven Boys: el tercer durmiente

A principios de año le di una oportunidad a la tetralogía Te Reven Boys y fue la mejor idea que tuve este 2020. Es más, ahora me pregunto constantemente por qué tardé tanto en empezarla cuando se ha convertido rápidamente en una de mis sagas favoritas, posicionándose muy cerca de Cazadores de sombras. El tercer durmiente, el protagonista de la reseña de hoy, es el tercer libro que publica Maggie Stiefvater sobre esta historia y, sin duda, mi favorito hasta ahora por los motivos que veréis explicados aquí.

SPOILERS DE LOS LIBROS ANTERIORES

Maura ha desaparecido. de la noche a la mañana ha dejado el 300 de Fox Way dejando únicamente una nota que dice: "Estoy bajo tierra". Blue está triste y enfadada, su madre no está y encima las cosas con Gansey se están volviendo cada vez más peligrosas. No solo porque está en juego su amistad con Adam, sino también por la maldición que pesa sobre ella. Mientras tanto, el grupo al completo da con la cueva en la que posiblemente esté enterrado Glendower, pero una amenaza acecha sobre ellos ¿Qué ocurrirá si despiertan a quien no debe ser despertado? Hay cosas que es mejor dejar dormidas para siempre

FIN DEL SPOILER DE LOS LIBROS ANTERIORES

Con esta premisa,inicié mi tercera aventura por Henrietta y las líneas ley sin saber que me depararía algo más grande de lo que esperaba. Todo comienza de golpe, un estallido de situaciones que te dejan sorprendida desde el principio, pero sin precipitarse y manteniendo el ritmo suave y tranquilo propio de los comienzos de Maggie Stiefvater. Una vez pasada la introducción y llegado al nudo, la situación se complican, aparecen más sorpresas y las emociones se mantienen a flor de piel aumentando poco a poco la rapidez de los acontecimientos. Cuando llegas al final todo es una vorágine. No solo la acción aumenta, sino que también lo hace tu propia experiencia como lector, necesitando llegar al final al mismo tiempo que no quieres seguir pasando páginas para no tener que despedirte de otro libro más.

Al observar el cielo nocturno, había algo que tiraba de ella, algo que la empujaba a ver más que estrellas, a encontrar un sentido en el caos del firmamento , a extraer de él una imagen precisa.

Además de seguir un buen ritmo acorde con la estructura del libro, no sientes en ningún momento que algo de la historia sobre o que no hubiese hecho falta hacer un tercero. de principio a fin encuentras elementos que hacen El tercer durmiente necesario para seguir el curso de la trama y acercar a los protagonistas a su meta final: el descubrimiento de Glendower. Es una ventaja que a esto se le añada el estilo de Maggie Stiefvater, muy cuidado y delicado, con toques de nostalgia en cada página. Sin duda, puedo decir que leer a la autora es como escuchar Jazz una noche de verano observando el paisaje desde una terraza. Te llena de dulzura, de alegría, de paz y, además, de cierta melancolía.

En cuanto a la trama, te genera dos emociones que también tienen los personajes: la necesidad de acabar la historia después del camino recorrido (comparable a esa ansia por conseguir a Glendower después de llegar tan lejos) y el miedo a poner fin a esta aventura (igual que el de ellos que no saben que ocurrirá cuando todo termine). También te hace sonreír. Muchas de las páginas te deja con una mueca feliz en el rostro, una expresión tonta que refleja lo cálida que te hace sentir por dentro. En otras ocasiones, la tristeza te abruma y la incertidumbre te embarga. El hecho de que sea capaz de conseguir que sientas tantas emociones hace que, una vez más, me quite el sombrero ante la autora.

Los personajes siguen evolucionando a buen ritmo, mostrando la profundidad que hay en ellos y como lo que han vivido a hecho mella en ellos. Comienzan siendo jóvenes inquietos con un sueño que parece de fantasía e incapaces de controlar sus emociones, pero con cada página se ve como crecen, como maduran y como lo que les rodean los convierten en quién son ahora. Aceptan y comienzan a comprender su propia identidad, apreciar sus propios cambios y dejar que estos no le abrumen. También vemos cómo la amistad entre ellos se hace más fuerte al empezar a plantearse nuevos miedos y al enfrentarse a nuevos peligros, no solo con Glendower sino con el mundo en general. Aunque los amo a todos, uno se ha ganado mi corazón por encima de los demás: Adam. Cuando parecía que Ronan iba a terminar por conquistarme, Parrish me ha enseñado la profundidad que oculta y no he podido resistirme a él.

En conclusión, Maggie Stiefvater sigue cautivándome y enamorándome con cada página que leo. No solo la historia te atrapa, sino que sus personajes tienen la profundidad que necesito en una historia de fantasía. Es más, me parece tan bien construida la trama, la ambientación y los personajes que soy incapaz de encontrar un fallo. Mi única pega tiene más que ver con la edición que he leído que con la historia en sí, aunque me hubiese gustado que no tuviese tantas erratas para disfrutar aún más el estilo de Maggie.
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