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Esta saga se ha convertido desde el primer momento en una de mis favoritas del año, sin dudarlo ni un segundo. En este primer libro nos presentan a Blue, perteneciente a una familia de adivinas pero sin más poderes que amplificar las energías del resto. Sobre ella pesa una maldición: si besa a su amor verdadero, lo matará. Además, están Gancey, Adam, Ronan y Noah, un grupo de muchachos ricos y privilegiados, conocidos como los chicos del cuervo, que están inmersos en la búsqueda del último rey galés, el Rey Cuervo. La historia comienza cuando Blue acompaña a su tía al camino de los muertos durante la noche de San Marcos para ver los espíritus que morirán durante los próximos doce meses, cuando inesperadamente ve por primera vez a uno de estos espíritus, el de un chico llamado Gancey. Su familia le da una sencilla interpretación: lo ha visto o bien porque es su amor verdadero, o porque ella lo va a matar. El estilo de Maggie Stiefvater, como muchos ya han dicho, es sencillamente precioso. La da un toque mágico a la historia desde el primer momento y tiene una facilidad increíble para presentar a los personajes y hacer que te encariñes de ellos en unas pocas páginas. Además, el toque irónico de algunas frases a costa de los personajes me ha hecho soltar más de una carcajada. Otra cosa que me encantó es que el libro está contado en tercera persona, mi forma narrativa favorita. Aquí se la aprovecha para meternos en la cabeza de varios personajes, incluso de algunos secundarios, de una forma que tiene coherencia con el resto de la historia. En cuanto a los personajes, sencillamente los amo. Me pude identificar con ellos en muchos aspectos, y solo por eso me conquistaron. Blue me cayó muy bien, pero siento que en realidad no llegué a conocerla demasiado. Pero eso no importa, porque con haber conocido a los chicos del cuervo es suficiente. Hablando de ellos... —Gancey está un poco loco y es un desastre total, pero tiene un montón de carisma y me enamoré de él desde su primera aparición. Sin embargo, está lejos de ser perfecto, porque si bien es el líder del grupo, está lleno de defectos, especialmente en lo relacionado al manejo del dinero. Gancey nació con más dinero del que podrá gastar en toda una vida y le cuesta comprender que el resto se esfuerza por ganar su propio dinero y no quieren que él se los regale, por más buena que sea su intención. En partes, me sentí bastante identificada con él, ya que yo también tengo esa actitud tan condescendiente y algo altanera que a veces no soy capaz de controlar, y también me tomo como mi responsabilidad arreglarle la vida al resto porque considero que la mía es muy privilegiada en comparación. Cabe aclarar que eso no siempre sale bien. —Adam es la cosa más tierna que hay, me daban ganas de abrazarlo todo el tiempo. Su vida familiar es malísima y no tiene los privilegios con los que han nacido el resto, por eso mismo se esfuerza lo más que puede por destacar y ser como los demás chicos del cuervo. —Ronan me encanta, disfruto un montón su personalidad tan directa y que sea un cabrón total. Entiendo que es un ser complejo y torturado, por eso quiero saber más de él, ya. Creo que el segundo libro se centra más en desarrollar su personaje, y yo feliz por eso. —De Noah no se sabe mucho, pero desde el principio me parecía que había algo muy raro y oscuro en él. Por eso me veía venir el giro que daría su personaje, pero no como terminó sucediendo. En realidad, mi cabeza no termina de comprender mucho la mera existencia de Noah, pero como este mundo es tan mágico, todo es posible. El grupo de amigos que conforman estos chicos del cuervo es genial. La autora dedica gran parte de este libro a desarrollar a los personajes y las complejas relaciones entre ellos, así que te crees su amistad desde la primera hasta la última página. En cuanto al romance no puedo decir demasiado, porque no es para nada algo muy presente en este primer libro. Además, no tengo ni idea de cómo van a ir los tiros, al contrario de lo que suele pasarme con otras historias, soy incapaz de predecir lo que sucederá en los siguientes libros de la saga, mucho menos con el romance. Hasta ahora, Blue y Gancey no terminan de conocerse ni de combinar, de hecho hay cierta tensión molesta entre ellos, como si ni siquiera supieran qué pensar del otro. Espero que el romance siga teniendo este desarrollo lento y que no se transforme en un triángulo amoroso más adelante. Si bien no suceden realmente tantas cosas en la novela en cuanto a la trama se refiere, me resultó muchísimo más adictiva de lo que pensaba que sería, ya que, como no me canso de decir, sus personajes que me tenían totalmente enamorada y quería saber más de ellos. Aunque también la trama de las líneas ley y la extraña búsqueda de Gancey me tenía totalmente atrapada e intrigada. Hablando de eso, el mundo es tan perfecto que me dan ganas de vivir allí. Oh, espera, supuestamente yo vivo allí. Lo maravilloso de esto es que se supone que es nuestro mundo, con la energía y la magia como algo presente. de hecho, tiene bastante relación con cosas que existen en la realidad, como las líneas de Nazca, y las propias líneas ley vienen siendo investigadas desde hace años. La gran diferencia es que todos los personajes tienen esta magia naturalizada, o al menos creen en ella de cierto modo, así que al lector le es más fácil creerse las leyendas de reyes galeses durmientes, la existencia de árboles parlantes y las predicciones tenebrosamente exactas. Por eso Maggie Stiefvater es una escritora excelente, porque su estilo acompaña a la historia de una manera tan precisa, con ese toque místico, que logra que te metas por completo en el libro y quieras saber más y más. La única queja que podría llegar a tener es que hacia el final las cosas se volvieron un poco confusas, pero espero que se explique mejor lo que sucedió con cierto personaje en los siguientes libros. Y teniendo en cuenta la genialidad del resto del libro, me da igual. Por si no había quedado claro, amé con todo mi corazón The Raven Boys . Sus personajes complejos y carismáticos, su historia mágica y atrapante, el impecable estilo de Maggie Stiefvater… todo se combina dando como resultado pura perfección. |
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