Olalla

Robert Louis Stevenson nos regala en este pequeño libro una historia de amor correspondido pero imposible. Es un relato gótico enmarcado en un escenario oscuro y extraño, muy bien descrito por el autor.

Un joven oficial escocés herido precisa, según recomendación de su médico, de un ambiente sano para su total recuperación. El mismo médico le proporciona un alojamiento en una casa señorial en España, propiedad de una familia de largo linaje venida a menos y arruinada, situada en la Sierra. La única condición es no intimar con la familia.

La familia la componen la madre, última descendiente de su linaje, y sus dos hijos: Felipe y Olalla. El joven oficial se relaciona solo con el joven Felipe, que más bien parece un mozo que el hijo de la casa y es el encargado de atenderle. A los pocos días conoce a la madre, una mujer hermosa, bien vestida conforme a su rango y con la mirada vacía e inexpresiva, con la que cada tarde cambia algunas palabras de saludo y poco más.

El joven se obsesiona por conocer a Olalla, a la que no ha visto aún. Una tarde ve la oportunidad de recorrer todas las estancias de la casa buscando la de la joven. La mayoría de las habitaciones están en mal estado y abandonadas pero se percibe en ellas el antiguo esplendor que debieron tener en épocas pasadas. Encuentra al fin la habitación de la joven pero ella no está.

Al fin llega el día en el que sus miradas se cruzan, el joven se queda prendado de su hermosura y se enamora al instante. Oscuras razones se interponen en el amor correspondido del joven por Olalla, un amor imposible por la semilla del mal que arrastra la familia desde generaciones y que la joven se ve en la obligación de erradicar definitivamente.

Un relato lleno de misterios que van saliendo a la luz de manera velada y explican la imposibilidad de ese amor ardiente que siente la pareja y que el autor nos transmite con un lenguaje amoroso y poético...

¡Feliz y opresiva lectura!

Nos encontramos en medio de un relato gótico con una ambientación excelente, lleno de misterio y hechos inquietantes. Un pequeño placer ideal para leer una tarde de otoño.

La llegada de un oficial escocés a un caserón decrépito situado en medio de la montaña, aconsejado por su médico para rehacer su salud, da inicio a esta oscura historia. En ella encontramos una extraña familia que le acoge para generar ingresos a su precaria economía. La única condición es no mantener ninguna relación con ellos.

La primera parte nos pone en situación a través de una descripción del entorno y de las distintas estancias de la casa llena de elementos lúgubres, como buen relato victoriano. Un retrato de una chica de una belleza perturbadora comienza a crear una obsesión en el protagonista. El conocimiento de la madre y el hijo que habitan la casa muestran a dos personajes bastante bobos, con actitudes excéntricas. Y Olalla, la hija que no se deja ver. ¿Qué misterio se esconde detrás de estas paredes? ¿Qué hay en las habitaciones cerradas? ¿Por qué se esconde Olalla?

En la segunda parte una sola mirada detendrá el tiempo y estallará en una narración llena de romanticismo, donde los sentimientos se desbocan en una exaltada demostración de amor y pasión. Olalla será la culpable de tanta intensidad, que rodeada de elementos sobrenaturales nos llevará hacia un final incierto, sorprendente y lleno de incógnitas a las que el lector dará vueltas durante varios días. ¿Cuáles son los secretos ocultos de esa familia?

Un relato opresivo, que en ningún momento decae, lleno de sutileza, que habla de lo que no se puede hablar y calla lo que no se puede decir, donde las insinuaciones, los detalles y la imaginación del lector acabarán de cerrar lo que no está concluso.

Una vez más, una lectura que ha sido una agradable sorpresa. Muy recomendable.

Me ha gustado mucho esta novela de terror gótico, el suspense se palpaba en cada página..., algo terrible estaba por llegar, esto unido a la narrativa sencilla de Stevenson hacen de este relato, una delicia.

La historia comienza cuando un soldado escocés por recomendación de su médico acepta hacer hacer reposo en un caserón en España, y ser huésped de una familia bastante peculiar, como única condición le imponen que no tenga ningún tipo de relación con los integrantes de dicha familia.....

Me llamó la atención, en primer lugar porque pertenece a esta colección que me tiene loca, y en segundo lugar, porque me resultó curioso que el autor de la isla del tesoro ambientara este cuento gótico en España.

El protagonista buscando un lugar tranquilo y solitario, para recuperar la salud aconsejado por su médico, se aloja en un antiguo castillo en medio de la nada, cuyos propietarios son nobles españoles venidos a menos que subsisten gracias a viajeros como él, a condición de que no se intime con ellos.

El inquilino, queda rendido ante la belleza de la mujer de un retrato que hay en su habitación. La casa está envuelta de misterio, y él deambula por ella en soledad, forzando encuentros que resultan bastante inquietantes.

A causa de la endogamia, la estirpe o lo que queda de ella, está reducida a la madre que resulta ser la mujer del retrato, muy deteriorada y sus dos hijos: el hijo con un evidente retraso mental, al igual que su madre, y la hija, Olalla, que no se deja ver, hasta que se cruza con ella por casualidad y ambos caen rendidos a un amor, que resulta imposible, por miedo a una posible descendencia enfermiza.

El final es un poco abrupto e inverosímil, pero leyendo más sobre la novela, comprendes mejor el motivo de la imposibilidad de la unión de los dos protagonistas y la enfermedad que aqueja a la familia, pero no lo desvelo para no destrozar la sorpresa.

“Olalla” (1885) es una obra bastante inusual de Robert Louis Stevenson. Realmente parece más bien una historia de Poe, ya que sigue al pie de la letra muchas de las convenciones de la literatura gótica.
El narrador es un soldado escocés que se está recuperando de las heridas que recibió en la Guerra de la Independencia Española, en la que el Reino Unido, España y Portugal se unieron para enfrentar a las fuerzas napoleónicas. El médico que lo atiende le recomienda que descanse en un lugar apartado y tranquilo para reponer fuerzas, y le recomienda la casa en las montañas de una familia española aristocrática venida a menos, que está dispuesta a recibir a un huésped que pague por su estadía, pero no a interactuar con él. al llegar a la casa en cuestión, el narrador va conociendo a la dueña de la casa, bella pero extrañamente desprovista de cualquier tipo de interioridad, su hijo Felipe, bien intencionado pero con pocas luces, y finalmente a la hermana de Felipe, Olalla, de la que se enamorará fulminantemente. Pero las cosas no le serán sencillas a nuestro narrador: un halo de misterio rodea a la familia, y de a poco se van revelando indicios espeluznantes. Una galería de retratos familiares con similitudes escalofriantes, gritos desgarradores e inhumanos en medio de la noche, pupilas que se comportan de forma extraña, puertas cerradas con llave... todo indica que hay algo ominoso en esa familia...

Como mencioné al comienzo, en “Olalla” encontramos todos los ingredientes de un cuento gótico: la mansión aislada en un paisaje imponente, la vinculación entre la aristocracia decadente y el embrutecimiento (sobre todo en relación a las consecuencias nefastas de las relaciones endogámicas), el linaje en peligro de extinción, el amor apasionado e irracional por una mujer hermosa pero condenada, y la tensión de un espíritu desgarrado por la pugna entre las fuerzas del bien y del mal. Es una obra muy entretenida, de fácil lectura, perfecta para el mes del terror.

Tenía este libro desde hace un tiempo en la estantería, pero como prometía ambientación gótica lo he estado reservando a propósito para estas fechas, así que os cuento un poquito sobre Olalla. Que por cierto, cuarto clásico que os traigo esta semana para Halloween, y cuarta historia contada por el narrador en primera persona. Coincidencia absoluta, no lo he hecho a propósito, pero esto demuestra que el recurso de narrar experiencias turbadoras, sobrenaturales o terroríficas en primera persona da mucho juego en la literatura gótica y de terror.

Pues, como os digo, tenemos un narrador (soldado escocés en este caso) que, tras ser herido en España, necesita de un lugar tranquilo en el que pasar sus últimas semanas de convalecencia, y su médico le recomienda una casa muy remota y aislada. Sus dueños (madre, hija e hijo), que pese a la extensa propiedad viven casi en la indigencia, también convivirán con él, pero le imponen una condición: no tener ningún trato con ellos. Se le proporcionará habitación, se le proporcionarán sus comidas y podrá pasear por los alrededores, pero nada de intentar establecer ningún tipo de relación con ellos. Pero claro, eso es fácil de pedir y complicado de llevar a cabo, así que el contacto resulta inevitable. El hijo, Felipe, es quien le recoge en un carro; extraño, algo duro de entenderas y con tendencia a arrebatos de crueldad y cólera, parece admirar mucho a nuestro soldado (de una manera un tanto atrevida para la época, diría yo). La madre, también muy extraña, posee una belleza admirable, pero siempre anda medio ida, como en otro mundo, desconectada por completo de su entorno. A quien no ve nunca por allí es a la hija, Olalla, pero algunas noches ocurren cosas extrañas en esa casa y cree que quizás ella es la causa... hasta que la conoce, se enamora perdidamente de ella y su obsesión es sacarla de allí como sea.

Stevenson entreteje la magnífica ambientación de la historia a base de puntadas precisas que van conformando un cuadro tan enigmático como atrayente. Las características de la novela gótica están por todas partes: la casa tétrica y decadente rodeada por paisajes agrestes y escarpados que acentúan la sensación de aislamiento y tosquedad; tormentas y vientos que influyen en el estado de ánimo de una manera anormal ("es el viento negro. Sientes que deberías hacer algo y no sabes qué es"); una familia que, tras siglos de endogamia e incesto en pos de la perfección genética, ha quedado reducida a unos miembros extraños y siniestros que los habitantes del pueblo cercano, temerosos de ellos, rehúyen; gritos y aullidos en la noche, salvajes y atormentados, de los que nadie parece saber nada a la mañana siguiente; un cuadro misterioso e inquietante que obsesiona al soldado; una joven hermosa y enigmática que parece querer elevarse por encima de toda esta corrupción y de la maldición que parece acarrear su familia...

Aun así, yo creo que la virtud de Olalla está precisamente en cómo se cuentan los hechos, no en los hechos propiamente dichos, porque Stevenson insinúa sin poner etiquetas, y al no hacerlo, las posibilidades que se abren ante el lector son variadas al tratar de definir qué ocurre en esa familia y el modo en que el soldado interactúa con ella. Que conste que el autor va incluso más allá de lo que otros autores de su época se atrevieron a ir en algunos comportamientos y alusiones entre personajes, pero se guarda muy mucho de que el lector tenga una comprensión total de la maldición que sufre esa familia, e incluso juega con el hecho de que su naturaleza sea sobrenatural o que su decadencia sea fruto de una enfermedad mental. Olalla no deja de referirse a su estirpe cuando se lamenta de su maldición, pero en este relato no hay que dar nada por sentado. La ambientación gótica y la excelente atmósfera que supura la historia no deben opacar los muchos hilos que, a mi parecer, pretendía ovillar el autor, y que resultan fascinantes por sí mismos.

Pero que esta familia esté formada por un tipo u otro de criaturas sobrenaturales (no seré yo la que ponga nombre a lo que no se dice explícitamente), o que simplemente muestren conductas violentas y anormales propias de su carácter endogámico y un más que probable trastorno genético (no seré yo la que diga que este es el caso), no es la única ambigüedad que predomina en la historia. La relación entre Felipe y el soldado, la relación entre Olalla y el soldado, la naturaleza de Olalla y, por curioso que parezca, la naturaleza del propio soldado, por no hablar de la señora de la casa... No es de esas lecturas que se terminan y a otra cosa; dejan al lector pensando sobre qué ha leído e intentando unir esos hilos de los que os hablaba antes.

El propio Stevenson dijo no estar muy contento con el resultado del relato debido a las dificultades de trasladar su visión original a una narrativa estándar, y fue el propio Stevenson, con estas palabras, el que probablemente propició que su relato no recibiera el reconocimiento de los entusiastas del género (menos mal que siempre hay editoriales con alma de arqueólogas literarias que no tienen miedo de excavar, indagar y recuperar). Sí, es un relato demasiado ambiguo, demasiado contenido, como para entusiasmar a quienes busquen literatura gótica de manual, y sí, el final es de esos polarizantes que no creo que sea del gusto de todo el mundo, pero precisamente esas particularidades son las que le dan personalidad y marcan la diferencia, las que le otorgan su lugar en una marabunta de historias que a veces se parecen demasiado entre ellas. Y la narración de Stevenson, por añadidura, no solo es envolvente, intensa y fascinante, sino muy visual y adelantada para su época en el modo de presentar algunas escenas. Robert Louis Stevenson era un magnífico contador de historias.

A título personal, creo que Olalla se saborea cuando se lee y se intensifica y perpetúa en el paladar conforme pasan los días; nunca se termina de ir, tiene mucho más que contar de lo que aparenta.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..

Olalla, de Robert Louis Stevenson. Publicado por Ediciones Invisibles.

Por recomendación médica, nuestro protagonista un oficial escocés, pasará una temporada en un caserón español para restablecerse de sus heridas de combate. Solo tiene que aceptar una condición, y es que no puede tener ningún tipo de relación con ningún miembro de la familia que ocupa la casa. Estos son una madre y sus dos hijos: Felipe y Olalla, pertenecientes a una estirpe venida a menos. Felipe es un muchacho con pocas luces, y de Olalla nada se sabe.

Esta obra de Stevenson está basada en un sueño que tuvo el propio autor, y es una novela corta o relato, en el que nos envuelve un halo de misterio e inquietud, pero en el que también reflexiona sobre los sentimientos, el destino, la herencia genética y el alma humana.

Me ha gustado mucho, a mí es que Stevenson me gusta mucho, y no descarto volver a leerlo pronto porque me ha dejado dándole vueltas a algunos asuntos.

Lo leí en una LC y la edición que tengo es de la editorial “Ediciones invisibles”. Me encanta su colección de “Pequeños placeres” 🥰

Es la segunda vez que leo al autor, la primera fue con “La isla del tesoro” ☺️☺️ No defrauda!!

No soy una experta de su obra, pero me atrevo a decir que “Olalla” es un imprescindible para conocerlo.

Se lee muy rápido, es un relato, con menos de 100 páginas.

Para escribirlo se inspiró en un sueño que tuvo y es formidable su imaginación.
De algo pequeño hizo algo grande 💖
La LC se dividió en dos partes, y yo... no pude parar 🙈 es imposible dejarlo a medias.

Es una historia gótica, con un misterio que cautiva y hechiza desde el principio, te sumerge en un mundo oscuro y lleno de fantasía, con ruidos extraños, misterios sobrenaturales, no falta el toque de leyenda, ni las tormentas, también hay un amor imposible, personajes perturbadores y por supuesto... un final sorprendente.

R.L. Stevenson hace muy buenas descripciones y la ambientación es brutal.
Fue la lectura perfecta para este mes, con la llegada del otoño, el frío, la lluvia... me metí mucho en la historia 😁
Me encanta la sensación de sentir escalofríos al leer cosas tenebrosas y escalofriantes 😄
Es UN MAESTRO y ahora tengo una necesidad terrible de seguir leyendo todos sus cuentos.

Un relato catalogado como terror pero que quizá a los lectores actuales vaya a dejar un poco fríos si no se ponen en la ubicación de la época en la que está escrito.
Destacar el sentido del humor del autor hasta en este tipo de relatos, era un auténtico genio.

🔶️‘Olalla' de Robert Louis Stevenson. Muchas gracias a @babelioespanol y a @edicionesinvisibles por el envío del ejemplar.

🔸️Novela corta donde un oficial escocés, tras ser herido en combate y por recomendación médica, acude a pasar unos días de retiro a un magnífico caserón en tierras españolas. Este pertenece a una familia de antiguo abolengo que en los últimos tiempos ha caído en desgracia y ahora tan sólo vive allí una madre con sus dos hijos, Felipe y Olalla. Todo parece perfecto y la única condición que el oficial, del cual desconocemos su nombre, debe cumplir es evitar cualquier tipo de contacto con los dueños, algo que le extraña pues considera que será inevitable encontrarse con ellos. al primero que conoce es al joven Felipe, de comportamiento torpe y excéntrico, que se encarga de acomodarlo en sus aposentos y atenderlo cuando es necesario y después, conoce a la madre de carácter ausente que llega a ver a diario en una estancia siempre abierta y con un fuego encendido. Todo es un poco siniestro aunque aparentemente normal; pero un retrato de una dama colgado en su habitación le atormenta y cautiva a partes iguales, pues intuye que se trata de un antepasado de la familia y, además, el deseo de conocer al único miembro que todavía no ha visto, Olalla, es cada vez mayor…

🔸️Segunda obra que leo de Stevenson y segunda vez que el autor me maravilla. Tras estar en una magnífica aventura en aguas caribeñas con ‘La isla del tesoro' he pasado a vivir una estupenda trama llena de misterio y oscuridad; he aquí la gran versatilidad de Stevenson. En esta ocasión, consigue en poco más de 90 páginas, plasmar una historia al más puro estilo gótico del siglo XIX. No se trata de una historia de terror como hoy en día conocemos, aquí se ‘juega' con sutileza, creando inquietud a través de los sentimientos que vive el protagonista y haciendo un tándem perfecto con unas maravillosas descripciones del lugar y los paisajes. Stevenson demuestra su increíble dominio de la descripción y el vocabulario, consigue traspasar el papel y llegar al corazón del lector de manera sutil y agradable.

🔸️La historia está narrada en primera persona por el oficial y es todo un acierto; sus sentimientos: curiosidad, anhelo, inquietud, amor, agonía, tristeza, etc. , envueltos en misterio, son los verdaderos protagonistas. Hacen al lector entrar de lleno en la trama desde las primeras líneas para no quererla soltar hasta llegar al final. Y además, una vez acabada, la intriga perdura, ya que algunos aspectos quedan libres a las pesquisas del propio lector. Nos deja con el misterio como con un secreto sabido a voces, lo intuyes todo pero el libro no te lo resuelve a las claras y esto me ha encantado porque hace que al llegar a las últimas páginas todo quede imperturbable en un halo oscuro y tenebroso espectacular.

🔸️En general, la novela, que destaca por los sentimientos y su exquisita ambientación, es perfecta para leer en cualquier época del año, aunque recomiendo encarecidamente leerla en otoño. La edición es ideal para llevar a cualquier parte y, como la propia editorial indica, es un ‘pequeño placer' que estoy segura volveré a disfrutar. de hecho ya se está preparando por Instagram una lectura conjunta de esta obra para otoño a la que por supuesto me apunto (no digo todavía donde porque ya lo anunciarán sus organizadoras a su debido tiempo). Me parece una lectura estupenda para comentar en grupo y así compartir nuestras ideas y qué opinamos de los sentimientos del protagonista, llegando de una forma u otra al fondo del misterio de ‘Olalla'.
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